Autoridades egipcias reconocieron hoy, una restauración defectuosa de la barba de la máscara de Tutankamón, que se conserva en el Museo Egipcio de El Cairo. Explicaron que el incidente ocurrió cuando se despegó el mes pasado tras un accidente.
Sin embargo, ayer círculos del gobierno desmintieron que la máscara funeraria del faraón egipcio haya sufrido daños. Todo empezó por una foto que circuló en las redes sociales, dónde se puede visualizar que la barba de Tutankamón tiene un pegamento indiscreto.
Hoy durante la rueda de prensa, celebrada en una sala aledaña al museo, el ministro egipcio de Antigüedades, Mamduh al Damati, y el restaurador alemán Christian Eckmann,reconocieron el daño causado a la figura, aunque le restaron gravedad.
Eckmann precisó que el deterioro, ocasionado por una resina “epoxy” que se utilizó para adherir de nuevo la barba al rostro, “puede ser reversible”. Explicó que usaron un material conocido como irreversible, pero en realidad no lo es.
El “epoxy” es una resina que se utilizan en la construcción de aviones, automóviles, bicicletas, esquíes. Sirven para pegar gran cantidad de materiales, incluidos algunos plásticos, y se puede conseguir que sean rígidos o flexibles, transparentes o de color, de secado rápido o lento.
El experto, que colabora con las autoridades egipcias, señaló que la máscara “podría haberse restaurado mejor de lo que se hizo”, pero defendió el material utilizado, pues “es habitual usar este producto”, pese a que exista un debate sobre su uso.
El accidente que despegó la barba del rostro tuvo lugar en agosto de 2014 durante unas obras realizadas para cambiar la iluminación del museo, según reconocieron Al Damati y Eckmann.
Se intentó pegar en un primer momento con otro adhesivo pero, al no funcionar, los restauradores del Museo Egipcio de El Cairo se decantaron por la resina “epoxy”.
Abraham Puche / EV Houston – EFE y Agencias / Foto: Cortesía El Mundo