Ante la creciente pérdida de las bases sociales que sostenían el chavismo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha optado por militarizar el estado para garantizarse al menos el apoyo del Ejército frente al creciente descontento por la crisis económica, política e institucional que vive el país. Así lo señala un informe de la consultora política Croes, Gutiérrez & Asociados, que sostiene: «Muchas de las instituciones fueron puestas progresivamente bajo el mandato militar, incluso aquellas que por razonamiento lógico son de naturaleza civil», así lo publicó ABC.es
Esta es una realidad palpable. Siete ministros son militares, y cada vez más cargos medios y altos de la Administración recaen en uniformados. Con Chávez había en torno a un millar de militares con responsabilidad en la Administración. No eran pocos, pero este número se ha elevado hasta 4.987 en los años de Maduro, según datos recogidos por el periodista Nelson Bocaranda.
«Se busca ocupar los cargos de mayor impacto y relevancia con militares para hacerlos copartícipes de la gestión del gobierno», señala el informe que fue publicado por el diario de Miami Nuevo Herald, y en el que se afirma asimismo que «la militarización del gobierno intenta mantener la plataforma de sustento del sector castrense a Maduro». En el mismo sentido, Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, afirma que un 33% de los ministerios e instituciones están controlados por miembros de las fuerzas armadas. «La entrada de uniformados no generará cambios en lo económico, pero sí fortalecerá el poder castrense, y la ausencia de controles puede aumentar la corrupción».
Espíritu de resistencia
El adoctrinamiento castrense se impone también en las escuelas, donde Nicolás Maduro ha ordenado que se difunda el espíritu de resistencia y disciplina militar y que miembros de las fuerzas armadas impartan cursos especiales para instruir a los estudiantes en las grandes batallas y gestas de la independencia del país.
Aunque la crisis también ha llegado al Ejército. Así lo señala Nelson Bocaranda, quien asegura en su columna que un informe entregado al ministro de Defensa denuncia que las fuerzas armadas «solo disponen de munición para combatir una hora y no están preparada para enfrentar una intervención militar».
La escasez, las colas, la inflación y la inseguridad, problemas ya endémicos en Venezuela, han convertido la perspectiva de un estallido social en el mayor temor de Maduro. Un acontecimiento que, según el informe de Croes, pondría al Ejército en la disyuntiva de «decidir entre reprimir al pueblo o retirarse a sus cuarteles».
Con información de ABC de España
EV Houston / Foto: Referencial