Hay quienes agradecen poder comprar siquiera en una cola. Hay quienes ven en ellas un sinónimo de humillación. Adultas, jóvenes, embarazadas, de la tercera edad, con bebés en brazos y el abanico de la femineidad se pasean todos los días en colas de miles de personas. No es la belleza con la que engalanan los supermercados o la red estatal de distribución de alimentos: es su aguante.
Más de 2 mil personas, la mayoría mujeres, aguardaba en Makro (en Puerto Ordaz, Venezuela) desde ayer sábado en la víspera del Día Internacional de la Mujer que hoy se celebra.
La lucha que inició a comienzos del siglo XX por los derechos civiles de la mujer no fue el eco de la radiografía de esta cola.
“No se justifica: ¡esto es una humillación al pueblo! ¡A la mujer, a la embarazada, al joven, al viejo!”, gritaba sin parar una señora en la cola de Makro para comprar leche, aceite y harina.
“Ellos (el gobierno) juegan con el pueblo, aquí hay todo tipo de personas, mujeres embarazadas, y ellos nos dejan esperando y nos entregan número cuando les da la gana”, secundó Carmen, quien solo dio su nombre de pila, al enseñar un trozo de papel con el número 1.210.
“Yo tengo cinco horas en esta cola esperando para comprar lo que vendan ahí, lo que haya, siempre he dicho que si esto es del gobierno debería tener todos los productos y aquí no hay tampoco, no debería haber escasez en los comercios del gobierno”, expresó Yennys Inaga, en una cola en la entrada del Centro Comercial Zulia, donde está ubicado Abasto Bicentenario.
Para el cierre de 2014, el Banco Central de Venezuela (BCV) y el Instituto Nacional de Estadística (INE) calculó una tasa inflacionaria de 68,5%. Desde mediados de 2014, el BCV se niega a publicar las cifras correspondientes a la escasez.
Bien temprano…
“Yo estoy desde las 6:00 de la mañana aquí y si salimos será a las 5:00 de la tarde más o menos”, comentó con sorna Yubry Hernández, en la cola de Abasto Bicentenario. “Para conseguir los productos de primera necesidad hay que hacer las colas, el que pueda que consiga. El Día de la Mujer vamos a salir todas las mujeres a la calle pero a hacer colas”.
“He perdido toda la mañana aquí y esto es un despelote, nos dieron número y pasan más del otro lado. Tengo que dejar de atender a mi otra hija porque tengo que venir a meterme en la cola”, expresó indignada Mariannys, quien estaba junto a su bebé desde la 5:00 de la mañana en el lugar para poder comprar leche.
Calvario
En la otrora Delicateses La Fuente, hoy perteneciente al Estado tras su expropiación el 2 de septiembre de 2010, “esto es una humillación para todos, tenemos que salir en la madrugada para hacer cola y nos exponemos a que nos roben, que no peguen un tiro, yo soy una que todos los días madruga”, expresó también Carmen, quien estaba en la cola desde las 4:00 de la madrugada.
Nora Barreto relata que su espera fue de tres horas por un pollo. Expresó su descontento por las largas colas a las que se ven sometidas las mujeres “hacer colas de tantas horas es un atropello a la mujer y a todos lo que están en la cola porque te digo sinceramente que da tristeza que uno pase todo el día en una cola para conseguir productos y al final no compremos nada”.
Abraham Puche / EV Houston / Foto: Cortesía