
Una insólita alianza se ha conformado entre EEUU, Cuba y Guyana, la cual podría implicar para Venezuela la pérdida de un área marítima vital. La empresa petrolera estadounidense Exxon contrató el barco-taladro Deepwater Champion con capacidad para perforaciones en aguas ultra profundas, para iniciar una campaña de exploración en una extensa zona situada al noreste de Venezuela denominada por el gobierno de Guayana como “Stabroek Block”.
Con la llegada en Venezuela del gobierno procubano de Hugo Chávez, Guyana comenzó a entregar extensas concesiones petroleras en áreas bajo disputa con Venezuela (conocida por este país como “Guayana Esequiba” y que corresponde las dos terceras partes del territorio guyanés). Esas concesiones han permanecido sin ejecución ya que las grandes empresas petroleras no habían querido, hasta ahora, verse involucradas en un conflicto territorial. La concesión de Exxon le fue entregada por el gobierno socialista de Guyana en 1999.
Venezuela y Guyana no han delimitado sus fronteras marítimas en razón de existir una reclamación venezolana sobre territorio terrestre, la cual es atendida mediante un mecanismo amistoso supervisado por las Naciones Unidas.
El gobierno de Guyana es, en teoría, un aliado del régimen venezolano y miembro de Unasur. Guyana es uno de los beneficiarios del programa Petrocaribe, creado por Hugo Chávez para proveer petróleo a precios bajos y con facilidades crediticias a gobiernos “amigos” del Caribe y Centroamérica. La línea chavista de ganar respaldos políticos entre los numerosos estados del Caribe anglófono llevó a una permanente política complaciente con Guyana pese a su manifiesto interés de echar mano a territorio venezolano. Esa línea aún se mantiene, e incluso el gobierno de Guyana asistió a una cumbre extraordinaria de Petrocaribe convocada por Maduro para este viernes.
La cercanía política de los gobiernos socialistas guyaneses con Cuba llevó a que Chávez congelara la reclamación territorial venezolana sobre Guyana. Desde el establecimiento de relaciones entre Cuba y Guyana, en los años sesenta del siglo pasado, el régimen de los hermanos Castro manifestó su rechazo a las reclamaciones venezolanas señalándolas como supuestas reminiscencias colonialistas.
Esta tesis, contraria a los intereses venezolanos, fue asumida por Chávez y continúa guiando las declaraciones del régimen chavista. De hecho, la más reciente nota diplomática emitida por la cancillería venezolana, asegura que el inicio de la exploración por parte de Exxon es “un clima generado artificialmente desde centros imperiales conocidos a fin de perturbar el ambiente de paz y de tranquilidad que promueve el gobierno de presidente Nicolás Maduro”.
En octubre del 2013, la Armada venezolana detuvo el barco Teknik Perdana, propiedad de la empresa malaya SapuraKencara Petroleum que navegaba con bandera panameña. La embarcación fue detenida mientras realizaba trabajos para la estadounidense Anadarko Petroleum Corporation, la cual detenta una concesión petrolera otorgada por Guyana en lo que denominan el “Bloque Roraima”, situado al norte del “Bloque Stabroek”. En aquella oportunidad, Guyana protestó la retención de la embarcación, alegando que realizaba trabajos para el gobierno de ese país. A los efectos de las autoridades navales militares de Venezuela, la embarcación se encontraba en aguas venezolanas, en la proyección del estado Delta Amacuro sobre el Atlántico. La nave y su tripulación fue liberada por el gobierno venezolano atendiendo a los reclamos de Guyana.
Debilidad diplomática venezolana
El inicio de las exploraciones de Exxon en aguas bajo disputa, ha sido evaluado políticamente por Guyana y la empresa petrolera. La debilidad política internacional del gobierno Maduro, la permanente crispación en las relaciones entre Caracas y Washington, la dependencia política, ideológica y personal de Maduro con el régimen cubano y la aproximación EEUU-Cuba, fueron elementos considerados por Georgetown para retar a Venezuela.
Diversos análisis consideran la baja probabilidad de que el gobierno Maduro ejecute una acción militar que impida las operaciones de Exxon sobre el territorio en disputa. El gobierno Maduro realiza esfuerzos por mantener su otrora influencia en el Caribe y considera que un enfrentamiento con Guyana le resultaría contraproducente. Esa conducta sostenida por Chávez y Maduro, sin embargo, se enfrenta ahora a una situación de hecho creada por Guyana al permitir, e incluso, estimular la actividad de la empresa estadounidense.
EEUU ya manifestó su disposición de respaldar al gobierno de Guyana ante Venezuela. El Encargado de Negocios de EEUU en Georgetown, Bryan Hunt, aseguró esta semana en declaraciones al diario local Guyana Times, que su gobierno reconoce la potestad de Guyana para otorgar concesiones en el área bajo litigio y defiende el derecho de Exxon para ejecutar la concesión recibida. Interrogado por el Guyana Times sobre la disposición de EEUU para brindar apoyo militar a Guyana, Hunt advirtió que prefería no especular al respecto.
Una tímida acción del gobierno Maduro solicitando a Exxon que se abstuviera de iniciar las operaciones de perforación, fue calificada por prensa de Georgetown como una “agresión” por parte de Venezuela. La cancillería guyanesa acusó al gobierno Maduro de estar “obstaculizando el desarrollo de Guyana y su pueblo”. El régimen venezolano se limitó a calificar como “injustas” las palabras oficiales de sus socios del gobierno guyanés, el cual amenaza con dejar a un lado el mecanismo amistoso para alcanzar un acuerdo limítrofe.
Abraham Puche / EV Houston – Diario Las Américas / Foto: Referencial