Un grupo de altos mandos militares se incorporó hoy al proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC para perfilar los detalles de un alto el fuego definitivo que ponga fin al conflicto, en una subcomisión técnica que trabaja en paralelo a la mesa de negociación.
Estos altos mandos militares, cuatro generales y un contralmirante, se suman al equipo gubernamental que encabeza el general Javier Flórez en esa subcomisión, creada el pasado agosto para avanzar en el último punto de la agenda del proceso de paz, referido al fin de las hostilidades.
Se trata de los generales del Ejército, Martín Fernando Nieto y Alfonso Rojas Tirado, el general de la Fuerza Aérea Oswaldo Rivera, el contralmirante de la Armada Nacional Orlando Romero y el general de la Policía Nacional Álvaro Pico, que no ofrecieron declaraciones a su llegada hoy al Palacio de Convenciones de La Habana, donde tienen lugar los diálogos de paz.
El equipo de la guerrilla en la subcomisión a la que hoy se unieron los altos mandos militares está liderado por el jefe del Bloque Sur de las FARC, Milton de Jesús Toncel Redondo, alias “Joaquín Gómez”.
Aunque la subcomisión no es una instancia negociadora y trabaja en paralelo a la mesa de conversaciones, sus integrantes se reunirán hoy por primera vez con las delegaciones de paz del Gobierno y las FARC, dijeron a Efe fuentes cercanas a la negociación.
No obstante, mañana y el sábado, día en el que termina el actual ciclo de diálogos de paz, la Subcomisión Fin del Conflicto se reunirá por separado a los equipos negociadores para avanzar en las propuestas sobre un alto el fuego bilateral.
Está previsto que, en adelante, la subcomisión se reúna los tres últimos días de cada ciclo de diálogos para, una vez las partes lleguen a un acuerdo en el punto de la reparación de las víctimas que abordan ahora, tener avanzado el de fin del conflicto, el quinto y último del proceso de paz.
La Subcomisión de Fin del Conflicto, integrada por diez delegados de cada parte, ya comenzó sus trabajos en agosto pero ahora queda reforzada con la adhesión al equipo oficial de estos cinco altos mandos, debido a su experiencia sobre el terreno y conocimientos sobre el conflicto armado.
El objetivo es que esa experiencia sirva de ayuda a la hora de debatir cuestiones complejas y delicadas como la entrega de las armas, la desmovilización de la guerrilla y su reintegración en la vida civil.
En el inicio de la jornada, la guerrilla leyó un comunicado a la prensa en el que no se refirieron directamente a la presencia de altos mandos militares en el proceso de paz, pero sí solicitaron algunas modificaciones que afectan a la fuerza pública en el texto del Acuerdo General de 2012, la “hoja de ruta” que guía los diálogos.
El guerrillero “Carlos Antonio Lozada” justificó esa modificación “en el entendido que la agenda es un escenario no de letra muerta sino de elaboraciones dinámicas que deben recoger los reflejos de la realidad nacional y los efectos de las discusiones que se suscitan en la mesa”.
En concreto, piden que en el apartado que dice que el Gobierno “coordinará la revisión de la situación de las personas privadas de libertad, procesadas o condenadas por pertenecer o colaborar con las FARC”, se incluya también a “los miembros de la fuerza pública que han actuado el margen de la ley en cumplimiento de órdenes superiores”.
La mesa de negociaciones de paz tiene sede permanente en La Habana desde su instalación en noviembre de 2012.
EFE / Foto: EFE