
La reelección presidencial había tomado forma en 2004 para otorgarle la posibilidad de un nuevo período al entonces mandatario Álvaro Uribe (2002-2010), según recordó la congresista opositora Tatiana Cabello.
El nuevo artículo de la Constitución dice que “no podrá ser elegido Presidente el ciudadano que a cualquier título hubiese ejercido la Presidencia”. La propuesta tuvo amplio apoyo en los ocho debates en las dos cámaras (cuatro en el Senado y cuatro en la Cámara de Representantes).
El fin de la reelección presidencial fue promovido en el Poder Legislativo por el gobierno del actual jefe de Estado, Juan Manuel Santos, en lo que se llamó “el equilibrio de poderes”.
En concepto de Cabello, del uribista Centro Democrático, en su movimiento político “siempre hemos defendido la reelección presidencial porque con ella se premia a los buenos gobernantes y se castiga a los malos”.
La Constitución de 1991 prohibía en uno de sus artículos cualquier forma de reelección presidencial, pero 13 años después ese artículo fue modificado a través del Congreso y, con el aval de la Corte Constitucional, se permitió la reelección hasta por un período.
Voto comprado
Sin embargo, en 2008 Yidis Medina, una congresista que había votado a favor de la reelección, aseguró que funcionarios del gobierno de Uribe le habían comprado el voto.
Finalmente, la Corte Suprema de Justicia sentenció a Medina a 48 meses de prisión por su probada participación en el delito de cohecho.
Recientemente, los funcionarios del gobierno de Uribe que según Medina le compraron el voto también fueron condenados por la Corte Suprema: los ex ministros Diego Palacio y Sabas Pretelt a 80 meses de prisión, y el secretario general de la presidencia, Alberto Velásquez Echeverri, a 60.
No obstante, Uribe siempre ha defendido a sus ex funcionarios y ha dicho que se trata de una persecución para desprestigiar a su gobierno.
El ex mandatario, actualmente senador, es investigado por los mismos hechos en una célula legislativa conocida como la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes, que en Colombia es conocida por su inoperancia.
Con información de Agencias
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