
Este miércoles en horas de la mañana, el mundo del fútbol venezolano se estremeció negativamente luego de conocerse una noticia que se ha regado como pólvora en el mundo.
Se trata de la detención en Suiza, de siete dirigentes y otras siete personas más involucradas en un caso de corrupción.
En total son 14 involucrados, siete de ellos detenidos. Los detenidos son: Figueredo (vicepresidente de la Conmebol y de la FIFA), Eduardo Li (presidente de la Federación costarricense de fútbol (FEDEFUTBOL) y funcionario de la FIFA), José Maria Marin (miembro ejecutivo de la CONMEBOL por Brasil), Julio Rocha (ex presidente de la Federación nicaragüense de fútbol y funcionario de la FIFA.), Costas Takkas (ex secretario general de la Federación de Fútbol de Islas Caimán), Jeffrey Webb (presidente de la CONCACAF y vicepresidente de la FIFA) y Rafael Esquivel (vicepresidente de la Conmebol y presidente de la federación venezolana de fútbol).
Los implicados fueron acusados por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, a causa de ser una “organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de dinero”, entre otras. “Corrupción rampante, sistemática y profundamente enraizada” es la descripción de la fiscal general Loretta Lynch. Según las investigaciones, los acusados recibieron sobornos y comisiones por parte de representantes de medios por más de $100 millones, desde los 90 hasta la actualidad. A cambio de los oscuros negocios recibían derechos mediáticos y publicidad en torneos de fútbol de latinoamericanos. Asimismo, los implicados en el delito pueden recibir 20 años de cárcel.
Los otros siete involucrados: Jack Warner (CONCACAF), Nicolás Leoz (CONMEBOL), José Margulies (Valente Corp. y Somerton Ltd), Aaron Davidson (Traffic Sports EE.UU. Inc, la otra empresa con derechos de transmisión de partidos) y tres argentinos: Alejandro Burzaco, presidente de Torneos y Competencias S.A, más Hugo y Mariano Jinkis, directores de Full Play, “una empresa de marketing deportivo con sede en Argentina”.
Ya hay culpables. Otras personas, a lo largo de la investigación, se declararon culpables:
Daryll Warner, hijo del acusado Jack Warner y un ex oficial de desarrollo de la FIFA, se declaró culpable de dos cargos que lo acusa de fraude electrónico y la estructuración de las transacciones financieras.
Daryan Warner se declaró culpable de tres cargos: conspiración de fraude electrónico, conspiración de lavado de dinero y la estructuración de las transacciones financieras. Pagó un millón cien mil dólares y se comprometió a pagar una segunda suma de dinero en el momento de la sentencia.
Charles Blazer, ex secretario general de la CONCACAF y un ex miembro del comité ejecutivo de la FIFA, se declaró culpable de 10 cargos: conspiración de crimen organizado, conspiración de fraude electrónico, conspiración de lavado de dinero, evasión de impuestos y la falta de presentación de un informe del Banco Exterior y Cuentas Financieras (FBAR). Pagó casi dos millones de dólares y aceptó pagar una segunda cantidad que se determinará en el momento de la sentencia.
José Hawilla, propietario y fundador de Traffic Grupo, el conglomerado de marketing deportivo de Brasil, quien se declaró culpable de cuatro cargos: conspiración de crimen organizado, conspiración fraude, lavado de dinero y obstrucción a la Justicia. Hawilla pagó 25 millones de dólares y se comprometió a abonar una suma cercana a los 151 millones de dólares.
Por su parte, las detenciones fueron realizadas por los agentes suizos a su llegada en el lujoso hotel Baur au Lac de la ciudad de Zúrich, donde los dirigentes se encontraban reunidos, a la espera de la votación de la FIFA que será realizada este viernes, que a propósito, no será suspendida a pesar del escándalo de hoy.
Vestidos de civil, los policías se presentaron con las órdenes de detención y consiguieron las llaves de los cuartos para proceder a detener a las siete personas ya mencionadas.
Finalmente, los Estados Unidos realizaron la demanda para pedir la extradición, ya que plantea que los delitos fueron cometidos en varios lugares, entre ellos, territorios norteamericanos (por contratos comerciales desde la década de 1990 hasta hoy, para torneos de fútbol en Estados Unidos y América Latina), así como pagos realizados a través de bancos norteamericanos. Por tal razón, los siete detenidos, acusados de aceptar sobornos por más de $100 millones desde los años 90, se enfrentan a una demanda de extradición a ese país.
María Fernanda González/EV Houston/La Nación / Foto: Referencial