La novia de Andreas Lubitz, el copiloto que se suicidó y mató la semana pasada a las 149 personas que viajaban con él en el avión de Germanwings, está embarazada de él y le había confiado la noticia a sus estudiantes días antes de que ocurriera la tragedia, según informa los diarios alemanes Bild y Sonntag.
La pareja de Lubitz, cuyo nombre no trascendió en la prensa, vivía con él en su residencia de Dusseldorf, la ciudad alemana adonde debía arribar el vuelo que piloteaba el joven de 28 años, quien se encerró en la cabina y desvió el avión para estrellarlo contra la zona montañosa de la Barcelonette, en los Alpes franceses. Es profesora de inglés y de matemáticas.
Al conocerse que la tragedia de Germanwings no fue un accidente, sino que fue provocada por Lubitz, una ex novia del copiloto contó que el hombre le confío que un día “haría algo que cambiaría todo el sistema” y que “todo el mundo conocería (su) nombre”.
En una entrevista, Maria W., una azafata de 26 años presentada por Bild como la ex pareja de Andreas Lubitz, dice que cuando oyó hablar de la tragedia, le vino a la memoria una frase del piloto: “Un día voy hacer algo que va a cambiar todo el sistema, y todo el mundo conocerá mi nombre y lo recordará”.
Según Bild, la joven, que dice estar muy “impactada”, voló cinco meses el año pasado con Lubitz en vuelos europeos, pero su relación, que habría durado el tiempo en que trabajaron juntos, nunca fue oficial.
Maria W. explicó que acabó la relación con Andreas Lubitz “porque cada vez era más evidente que tenía un problema”. “Durante las discusiones se irritaba y me gritaba. Por la noche, se despertaba y gritaba: ‘¡Nos caemos!'”, agregó.
Si Lubitz “ha hecho esto, es porque comprendió que debido a sus problemas de salud, su gran sueño de trabajar en Lufthansa, como comandante y como piloto de largo radio era prácticamente imposible”, sostuvo.
Germanwings, la compañía alemana propietaria del Airbus 320 que se estrelló, es una filial de bajo costo de Lufthansa. De acuerdo con lo extraído de la caja negra, Lubitz aprovechó cuando el piloto se fue al baño para encerrarse en la cabina y provocar la tragedia. “¡Abre la maldita puerta, por el amor de Dios!”, gritó su colega, que intentó ingresar usando un hacha, minutos antes de la catástrofe.
Con información de los diarios Bild y Sonntag
EV Houston / Foto: Referencial