El papa Francisco decidió acompañar sorpresivamente este jueves a 150 indigentes y sintechos a visitar la Capilla Sixtina, una iniciativa inédita del pontífice latinoamericano para mostrar con gestos su deseo de abrir la Iglesia a los pobres.
“El Papa, acompañado por un mayordomo, estrechó la mano de cada uno y tomó la palabra para decirles: ‘Bienvenidos. Esta es la casa de todos, de ustedes. Las puertas están abiertas para todos'”, informó el jueves un comunicado del Vaticano.
Francisco permaneció unos 20 minutos con sus huéspedes especiales, a quienes bendijo y pidió que oren por él, durante la visita que definió como “una pequeña caricia” para los sintechos.
El encuentro, que incluyó también un recorrido por los jardines y los museos del Vaticano, fue organizada por el limosnero de la Santa Sede, el polaco Konrad Krajewski.
Los indigentes fueron divididos en tres grupos y pudieron admirar las célebres obras de arte que conserva el Vaticano gracias a una guía especializada.
Los invitados especiales del Papa gozaron, además, de un privilegio particular, ya que la visita se realizó sin la multitud de turistas que invaden diariamente los museos del Vaticano, entre los más visitados del mundo.
Ante los célebres frescos de Miguel Angel en la Capilla Sixtina y sede del cónclave, los sintechos realizaron una breve oración. Es la primera vez que las personas sin hogar que viven en las inmediaciones de Roma entraron en los museos y pudieron contemplar la obra del artista.
Al término del paseo, el anfitrión y sus invitados cenaron en la cafetería del museo.
Se trata de un nuevo gesto del papa argentino, que con ocasión de su primer cumpleaños como pontífice en diciembre del 2013 invitó a tres vagabundos a desayunar con él en la residencia Santa Marta, donde se aloja dentro del Vaticano.
Francisco, que desea dar dignidad a los sintechos, que muchos desprecian, pidió que se instalaran duchas gratuitas para ellos cerca de las columnas de Bernini y que se distribuyeran mantas y sombrillas para los cientos de personas sin domicilio fijo y que viven en la calle por los alrededores del Vaticano.
La semana pasada, Francisco pidió a un grupo de 400 vagabundos la distribución de los Evangelios que regaló a los miles de fieles que asistían al ángelus dominical.
EFE / Foto: Referencial