
La marcha protagonizada por cientos de estudiantes, familiares de los 43 jóvenes desaparecidos en septiembre pasado y profesores, que tenía por objetivo tomar el aeropuerto de la ciudad de Acapulco (Pacífico mexicano), derivó en un momentos de tensión con las autoridades.
Unos 500 policías antidisturbios bloquearon el paso de los manifestantes, que habían partido en 20 autobuses desde Chilpancingo, capital del sureño estado de Guerrero, y que en su mayoría se presentaron en la ciudad portuaria con los rostros cubiertos.
Tras varios minutos de intercambio de palabras y de tensión, los manifestantes, con escudos y palos en mano, lograron seguir su recorrido, aunque a paso muy lento, hacia la terminal aérea, localizada a las afueras del puerto.
Los manifestantes, que portaban fotos de los 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre en Iguala, prometieron protestar de manera pacífica.
El pasado 26 de septiembre tres estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, en el sureño estado de Guerrero, y otras tres personas murieron en ataques a tiros perpetrados por policías municipales, presuntamente por órdenes del entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca.
Además, unos 43 jóvenes fueron detenidos por los policías y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes los mataron y quemaron durante más de 14 horas para evitar que quedaran rastros, según el testimonio de tres de los autores materiales ofrecido por las autoridades.
La fiscalía encontró restos óseos y cenizas en el basurero de Cocula donde presuntamente se hizo la hoguera, así como en una de las ocho bolsas que fueron lanzadas a un río por los criminales, los cuales serán analizados por un laboratorio en Austria para lograr la identificación.
Los 43 estudiantes tienen el estatus legal de desaparecidos hasta que dichas pruebas corroboren que se trata de ellos, si bien los expertos ya han advertido de que será muy difícil la identificación por la extrema calcinación de los restos.
EFE / Foto: EFE