El Real Madrid puso fin a su glorioso 2014, en el que consiguió la Décima Copa de Europa, la Copa Mundial de Clubes, la Supercopa continental y la Copa del Rey, con una dura derrota en Dubai ante un Milan más intenso y eficaz.
El 2-4 es el reflejo de la diferencia entre un equipo que necesita reivindicarse, demostrar que no está tan hundido como puede parecer como el Milan y otro más relajado, más pendiente de los próximos compromisos, de enjundia, ante Valencia y Atlético de Madrid, como el Real, necesitado de minutos y de recobrar la forma tras el parón invernal.
Al contrario que el cuadro italiano, más concentrado y acertado, no lo pasó nada bien el Real Madrid en un duelo entre dos históricos que acumulan diecisiete Copas de Europa. Sin la tensión competitiva fue un equipo muy alejado del que encandila en los torneos oficiales.
Como es habitual en este tipo de compromisos, el conjunto que llega en peor situación, el teóricamente más débil, pone más empuje y la mayor intensidad de los milanistas fue clave. Su eficacia ante una permeable defensa puso la distancia.
La movilidad del francés Jeremy Menez, del ítalo-egipcio Stephan El Shaarawy, principalmente, y Giacomo Bonaventura, fue un martirio para la zaga blanca en la primera parte, aunque luego, en la segunda también tuvo su continuación.
En el primer duelo entre el maestro Carlo Ancelotti y el pupilo Filippo Inzaghi, este sacaba ventaja de salida. Mejor ubicado tácticamente y con esa mayor mordiente el Milan daba más sensación de peligro ante un Real Madrid con escasa profundidad.
Pero curiosamente cuando el campeón de Europa parecía despertar al ritmo del juego de Isco Alarcón y de las arrancadas del alemán Sami Khedira un error de Nacho Fernández al ceder el balón a Keylor Navas permitió a Menez situarse ante el meta costarricense y resolver con tranquilidad y maestría.
El tanto atolondró si cabe más al Real Madrid y relanzó al Milan, que amplió la cuenta siete minutos después (m.34) con un magnífico disparo de El Shaarawy.
El partido entró en una dinámica no muy habitual en un amistoso navideño, frenética, y ello permitió a los madridistas utilizar su arma favorita, el contragolpe. Jesé Rodríguez y Cristiano Ronaldo, que apenas habían aparecido, sorprendieron al cuadro italiano con una poderosa galopada y el portugués, tras recibir del canario, situó el 1-2 en el marcador (m.35) con un disparo al que no pudo responder el exguardameta madridista Diego López.
El Trofeo Dubai Football Challenge estaba otra vez en el aire, aunque el Milan, en las botas de Menez, Riccardo Montolivo y Bonaventura, tuvo de nuevo opciones para ampliar su ventaja, pero no pudo hacerlo hasta el inicio del segundo periodo (m.48), por medio de ‘Il Faraone’, que acribilló a Iker Casillas, uno de los numerosos cambios de Ancelotti en el intermedio y que ya antes había salvado otro gol.
El capitán madridista evitó poco después el 1-4 en un duro disparo de Bonaventura en pleno desconcierto de sus compañeros en labores defensivas, aunque también los blancos hacían gala de su calidad en ataque con un remate de Jesé al palo (Benzema mandó a las nubes el rechace) y otra llegada del galés Gareth Bale que rozaron el gol.
No pudo lograrlo Casillas a los 73 minutos cuando Giampaolo Pazzini remató solo casi en el área pequeña y apuntilló un duelo ya decantado, aunque Benzema acortase después distancias al transformar un penalti cometido por el francés Mbaye Niang sobre Nacho y luego Agazzi impidiera a Bale maquillar aún más el resultado.
Fin con derrota a un 2014 de ensueño para el Real Madrid, que llegaba a este compromiso con 22 partidos seguidos ganados, si bien la racha histórica se refiere a encuentros oficiales y aún puede aspirar a alcanzar al Curitiba brasileño.
EFE / Foto: EFE