A pesar del récord número de llamadas a revisión que los fabricantes de automóviles se vieron obligados a realizar en 2014 para reparar defectos de fabricación, los especialistas están de acuerdo en que los vehículos de hoy en día son los más seguros de la historia.
Alrededor de 60 millones de vehículos fueron llamados a revisión este año en Norteamérica, superando el anterior récord establecido en 1999, cuando el sector se vio obligado a reparar 55,5 millones de unidades por problemas de fabricación.
Y, a pesar de ello, el Instituto para la Seguridad en la Carretera de Estados Unidos (IIHS por sus siglas en inglés), un reputado organismo independiente financiado por el sector de las compañías de seguros, indicó la semana pasada que los nuevos vehículos son más seguros que nunca.
IIHS, que realiza pruebas de impacto en la inmensa mayoría de los vehículos que circulan en las carreteras estadounidenses, dijo que el número de modelos que han obtenido la mayor puntuación posible en términos de seguridad para sus ocupantes pasó de 39 en 2013 a 71 en 2014.
“Nuestras pruebas muestran que los diseños de los vehículos para proteger e incluso prevenir impactos están experimentando una gran mejora”, indicó la organización en un comunicado.
IIHS ofreció una explicación ante la aparente contradicción entre las abultadas cifras de llamadas a revisión de 2014 y los resultados de sus pruebas de impacto.
“La clave que el público tiene que recordar es que los defectos son algo raro. Los fabricantes están tratando de adelantarse a los problemas y por eso es que hay tantas llamadas a revisión”, argumentó IIHS, que desde hace años presiona a los fabricantes de automóviles para que mejoren la seguridad de sus vehículos.
De los aproximadamente 60 millones de llamadas a revisión de 2014, un total de 30.415.462 corresponden a General Motors (GM).
A lo largo del año, GM ha efectuado 80 llamadas a revisión por todo tipo de defectos, desde problemas en el juego de luces del Cadillac ATS hasta el famoso fallo del sistema de ignición que afecta a una gran variedad de modelos.
Sólo este defecto, y sus diversas variantes, forzó a GM a anunciar la reparación de 15.989.742 unidades en Norteamérica (14.204.632 de ellas en Estados Unidos) en varias campañas.
Además, un defecto relativamente barato de evitar (según algunas estimaciones a GM le hubiese supuesto sólo cinco dólares por unidad cambiar el diseño defectuoso del sistema de ignición) se ha convertido en un costoso problema de miles de millones de dólares para el fabricante.
El defecto también obligó al organismo que regula la seguridad del sector en Estados Unidos, la Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera (NHTSA, por sus siglas en inglés), a incrementar su presión sobre los fabricantes para que presten más atención y actúen con más celeridad ante posibles defectos.
Un ejemplo del renovado interés de NHTSA por mantener la presión ha sido el caso de la compañía japonesa Takata, uno de los principales fabricantes de airbag del mundo.
Takata ha reconocido que una de sus plantas de producción en México produjo hace años sistemas defectuosos que pueden explotar cuando el airbag es activado en condiciones de elevada humedad.
Estos airbag están instalados en vehículos de multitud de marcas en Norteamérica y Takata ha iniciado campañas para su llamada a revisión en aquellas jurisdicciones estadounidenses con elevada humedad.
Pero NHTSA considera que hay casos en los que esos airbag también han explotado en lugares donde no existe elevada humedad, por lo que solicitó a Takata que amplíe la llamada a revisión para cubrir todos los airbag, algo a lo que la compañía japonesa se ha negado.
Ante la negativa de Takata a ampliar la llamada a revisión, NHTSA ha indicado que impondrá costosas multas a la empresa. Y el organismo está presionando a los fabricantes de automóviles para que actúen ante la negativa de Takata, lo que aumentará la cuenta de vehículos llamados a reparar.
Lo que tanto el defecto del sistema de ignición de GM como el de los airbag de Takata tienen en común es que son problemas cuyo origen se remonta a años atrás.
Este hecho refuerza la declaración de IIHS de que los vehículos de hoy en día son los más seguros de la historia y mejores que lo que las masivas llamadas a revisión parecen indicar.
EFE / Foto: Cortesía