A partir de hoy comienza lo que pudiera ser una nueva y peligrosa etapa de la vida política y social venezolana.
El Colectivo 5 de marzo (grupo civil armado que defiende la “revolución chavista”), cuyo líder José Miguel Odreman fue abatido por la policía científica recientemente, ha exigido la destitución de dos grandes figuras del Gobierno: quien fue el ministro de Interior Miguel Rodríguez Torres (removido de su cargo por Nicolás Maduro) y nada más y nada menos que el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, quien lidera el ala militarista del oficialismo y que posee altas cuotas de poder.
El Colectivo, con alto poder de influencia en Caracas, había exigido a Cabello que renunciara a su liderazgo en el Parlamento y dio un plazo que se venció ayer. Como era de esperarse, Cabello ni siquiera hizo comentarios al respecto, por lo que desde hoy el Colectivo se declara en protesta permanente.
Este grupo armado ha alentado, a través de su cuenta de Twitter, a los comerciantes informales (buhoneros) a no permitir que las autoridades y el Ejército les incaute los alimentos y productos de primera necesidad que revenden a precios altos, según instrucciones precisas de Maduro. El Colectivo asegura que los buhoneros “no son culpables de la escasez que hay en el país” y les expresó su respaldo.
Ante este nuevo panorama, muchos se preguntan si será el comienzo del fin de la revolución, cuando se enfrenten las divergentes fracciones en pugna que hay dentro del oficialismo, lo que pudiera dar espacio a una oposición fortalecida a ganar la mayoría en las elecciones parlamentarias del próximo año.
El diario El Nuevo Herald publicó el pasado 29 de octubre un interesante análisis titulado “Colectivos venezolanos ahora van por Diosdado Cabello”, en la que advierte que Nicolás Maduro se encuentra “entre la espada y la pared”. Lea en qué consiste el estudio realizado por el periodista Antonio María Delgado:
Aparentemente alentados por la reciente destitución del ministro de Relaciones Interiores, la agrupación paramilitar chavista conocida como “El Colectivo 5 de Marzo” ahora exigió al gobernante venezolano Nicolás Maduro que destituya al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, amenazando con desvincularse del régimen bolivariano si no lo hace.
Pero la agrupación armada podría estar yendo demasiado lejos con su reclamo, dijeron analistas al advertir que la imagen de poder que en los últimos días se han entretejido alrededor de los colectivos no es más que un espejismo.
“La destitución del ministro de Relaciones Interiores Miguel Rodríguez Torres en realidad no tuvo nada que ver con los colectivos”, aseveró Jesús Seguías, presidente de la encuestadora DatinCorp. “Fue simplemente que la lucha interna dentro del [oficialista partido] PSUV llegó a eso”.
Es una percepción que también es compartida por Oswaldo Ramírez, presidente de ORC Consultores, quien agregó que el único papel que jugó la exigencia del colectivo en la decisión de Maduro es que le sirvió de excusa.
“La realidad es que el gobierno de Nicolás Maduro aprovechó el momento para tratar de adelantar una decisión que tenía mucho tiempo dándole vuelta en la cabeza”, comentó.
Maduro podría tener sus propias razones para apartar de la Asamblea Nacional a Cabello, quien es el dirigente más visible de la rival facción militarista del chavismo, y quien ha amasado un enorme poder y fortuna bajo la sombra del régimen bolivariano.
Pero la destitución en este momento no luce posible, sin despertar una guerra abierta de facciones, dijeron los analistas consultados.
No obstante, los colectivos parecen creer que son ellos los que están marcando la pauta de las últimas decisiones de Maduro, y el miércoles tenían algunas cosas más que pautar.“Señor presidente @NicolasMaduro si antes del #31O usted no solicita la renuncia d Cabello perderá nuestro total apoyo”, declaró el miércoles Colectivo 5 de Marzo a través de su cuenta de Twitter.
“TENEMOS EL APOYO DE TODAS LAS BARRIADAS DE CCS [Caracas] Y TODO EL PAÍS, BUHONEROS, MOTOTAXISTAS, DIFERENTES FRENTES. PEDIMOS LA RENUNCIA DE DIOSDADO!”, advirtió la agrupación.
El que las agrupaciones paramilitares hayan llegado a creer que están en condiciones de dictarle órdenes al régimen se desprende de la reciente destitución de Rodríguez Torres, a quien el Colectivo 5 de Marzo acusa de haber ordenado a agentes policiales que asesinaran su líder José Miguel Odreman, y otros cuatro integrantes de la organización.
El Colectivo 5 de Marzo le había exigido a Maduro la destitución del ministro, quien también es miembro del ala militarista, bajo amenaza de realizar una masiva manifestación de protesta, y también exigía la destitución de los máximos funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).
Y en lo que refuerza la ilusión de que ejerce poder, Maduro reestructuró la cúpula del CICPC poco después de apartar a Rodríguez Torres,
Pero ninguno de esos cambios tuvo que ver en realidad con las exigencias del colectivo, insistió Seguías.“Rodríguez Torres es un hombre de una gran influencia en el mundo militar venezolano y al presidente Maduro era una situación incómoda tener al lado un líder de esa magnitud”, dijo Seguías.
Por otro lado, los últimos cambios anunciados tras la destitución de Rodríguez Torres permitieron a Maduro colocar a hombres más cercanos a él en puestos claves del aparato policial.
Ese era un paso que Maduro quería dar en vista de los pronósticos de un aumento del descontento social en los próximos meses vinculados con el sostenido deterioro de la economía, dijo Seguías.
Pero Maduro podría estar jugando con fuego al permitir que los grupos paramilitares crean que ellos están en posición de quitar y poner ministros.
“¿Qué es lo que vendría después si Maduro no logra satisfacer esa demanda, ahora que estos grupos se sienten en capacidad de exigir e insisten con una situación que no vas a poder ceder?” preguntó Ramírez. “¿Va a permitir Maduro que se pongan en pie de guerra contra él?”
Y si cede, y otorga concesiones para mantenerlos apaciguados, eso también trae sus propios riesgos.
“Ahí se está entrando en la arena del chantaje político. Y abres la ventana para que otros grupos, que hoy día no te están exigiendo nada, comiencen a exigírtelo de manera pública”, dijo Ramírez.
Abraham Puche / EV Houston – El Nuevo Herald / Foto: AVN