
El sargento Shane Ortega es considerado el primer soldado abiertamente transexual de la armada estadounidense. Es una persona pública. Su Facebook es uno de sus campos de batalla, donde expresa lo que siente, lo que piensa y lo que espera. Estos días han sido buenos porque el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ash Carter, anunció los planes del Pentágono para acabar con la prohibición que impide que las personas transexuales servir en el ejército.
Ortega, entrevistado por la BBC, dijo que toma el anuncio con prudencia: “Me alegra pero al mismo tiempo lo vivo con cautela, ya que el que hayan anunciado la revisión de nuestro estatus no significa que las cosas ya hayan cambiando”.
El Pentágono creará un grupo de trabajo cuya misión es establecer en los próximos seis meses la ruta para la integración de los transexuales en el ejército de EE.UU.
El sargento Ortega –que ha servido en Irak y en Afganistán– lleva años luchando para que cese la discriminación que lleva a muchos militares a dejar la carrera. En Irak estuvo dos veces, pero como mujer. Y en Afganistán como hombre, género que lo identifica.
Shane Ortega –quien en la actualidad trabaja como jefe de equipo de helicópteros en la 25º División de Infantería del ejército estadounidense en Hawái–le dice a la BBC que ha sido afortunado, ya que pese a haber iniciado su transición para convertirse en hombre en 2011, sus superiores no cuestionaron su habilidad para servir.
“Por el momento las cosas siguen igual y nuestros superiores todavía pueden discriminar a los soldados transexuales”, le explica a la BBC el joven de 28 años nacido en Maryland, cuyos padres también sirvieron en el ejército.
En 2011 inició un tratamiento con testosterona con el conocimiento del personal médico militar.
En los registros oficiales del ejército estadounidense, indica la BBC, Ortega todavía aparece como mujer y en ocasiones se ve obligado a llevar un uniforme femenino, lo cual le resulta muy incómodo debido a su escultural y fornido cuerpo, el cual ha logrado gracias a su pasión por el fisicoculturismo.
Como un soldado más. Así se siente. Ha compartido las duchas con sus compañeros, se ha hecho respetar. Está contento por la visibilidad de los trans y la atención de los medios, pero falta mucho.
Su caso es importante en el mundo
El anuncio de Ash Carter ha puesto a Shane Ortega en el ojo de los medios. Y eso es bueno. En una columna que escribió para The Advocate, uno de los medios LGBT más importantes del mundo, Ortega menciona que un 41% de personas trans en los Estados Unidos ha intentado suicidarse: “Al igual que muchas otras personas trans, he tratado de poner fin a mi vida. Hasta ahora, no es algo que yo haya compartido con nadie aparte de mi novia, que también es trans”, escribe.
Tenía 13 años. “Yo iba a estar libre de todo el dolor emocional que había estado sufriendo”, escribe. No pudo ahorcarse. Pero se hizo daño con unas tijeras. Un año antes su primo había abusado de él. Luego la pareja de su madre, una mujer, lo sometería a más abusos. De todo ese infierno, Shane logró salir y hacerse fuerte, aunque sus palabras están llenas de dolor.
? La Asociación de Veteranos Transexuales Estadounidenses (TAVA), por sus siglas en inglés) valoran positivamente que, en un futuro próximo, los transexuales puedan servir abiertamente en el ejército de EE.UU.
?En la actualidad hay más de 15.000 transexuales en el ejército.
EV Houston Newspaper – Agencias / Foto: Cortesía