La directora de la Oficina de Administración de Personal del Gobierno (OPM) de EEUU, Katherine Archuleta, renunció este viernes a su puesto, después de que el jueves se hiciera público que el ciberataque al gobierno estadounidense revelado en junio afectó a más de 21.5 millones de personas de su departamento.
Archuleta, primera latina en ocupar dicho cargo, acudió personalmente a la Casa Blanca para informar al presidente, Barack Obama, sobre su decisión, al considerar que la agencia necesita “un nuevo liderazgo” para “ir más allá de los desafíos actuales”.
“Esta mañana, el presidente aceptó la renuncia de Katherine Archuleta… La renuncia de Archuleta se hará efectiva tras el día de hoy”, confirmaron a EFE funcionarios de la Casa Blanca.
“Archuleta dejó claro al presidente que ella creía que era mejor apartarse de la dirección y dejar que un nuevo liderazgo permita a la agencia ir más allá de los desafíos actuales y que los empleados de la OPM continúen con su importante labor”, añadieron las mismas fuentes.
Tras la renuncia de Archuleta, tomará el relevo la subdirectora de la OPM, Beth Cobert, hasta que se designe un sustituto permanente.
Cuando Archuleta asumió su cargo, en noviembre de 2013, la Casa Blanca destacó que se trataba de la primera latina en ocupar ese puesto, después de haber trabajado durante dos años como jefa de gabinete de la entonces secretaria de Trabajo, Hilda Solís, y como asesora de Federico Peña cuando ocupó la Secretaría de Energía.
“Katherine comparte la visión del presidente Obama de que haya diversidad e inclusión en la fuerza laboral del gobierno federal”, destacó entonces la Casa Blanca sobre Archuleta, que tras el Gobierno del presidente Bill Clinton (1993-2001) regresó a trabajar en la Administración local como asesora principal de Política del entonces alcalde de Denver, John Hickenlooper.
Archuleta ya sufría presiones para renunciar a su cargo desde el mes pasado, cuando se hizo público el primero de los dos ataques informáticos que comprometió la información de 4.2 millones de trabajadores federales.
En las revelaciones de este jueves, la OPM informó de que los “hackers” robaron datos personales, incluyendo números de la seguridad social y otra información sensible de 21.5 millones de personas.
De éstas, 19.7 millones son personas a quienes el Gobierno sometió a un control de seguridad, en la mayoría de los casos por tratarse de solicitantes de empleos en la Administración, proveedores del Gobierno y otros individuos vinculados al sector público.
Los 1.8 millones de personas restantes son familiares de algunos de los anteriores.
Además de los números de seguridad social, los piratas informáticos también tuvieron acceso a direcciones e historiales financieros y de salud.
Aunque oficialmente todavía no se ha revelado quién estuvo detrás del ciberataque, son varias las voces en EEUU, tanto desde los medios como desde la política, que aseguran que los autores fueron piratas informáticos chinos.
Según The Washington Post, China está construyendo “bases de datos masivas con la información personal de estadounidenses”, con el fin de “reclutar espías o lograr más información sobre un adversario”.
El Gobierno chino, por su parte, ha asegurado que no hay “pruebas científicas” que lo relacionen con ese ciberataque.
EFE / Foto: Referencial