El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, se prepara para emprender el próximo viernes una histórica visita a Cuba en la que deberá afinar para mantener el buen tono diplomático con el Gobierno cubano sin decepcionar a quienes esperan un gesto hacia los disidentes, según analistas consultados.
Cuando llegue a La Habana, el próximo 14 de agosto, Kerry se convertirá en el primer jefe de la diplomacia estadounidense en viajar a Cuba en 70 años, desde 1945.
Su breve visita, de ida y vuelta en el mismo día, marcará un paso importante en las relaciones diplomáticas, retomadas el pasado 20 de julio después de 54 años rotas y que deben avanzar ahora hacia la normalización completa, con muchos asuntos pendientes.
La embajada estadounidense en La Habana comenzó a funcionar como tal el 20 de julio, pero ha aplazado cualquier celebración hasta la llegada de Kerry, que encabezará una ceremonia donde se izará la bandera de EEUU ante la misión por primera vez en 56 años.
“El acto del 14 de agosto no significa el fin de las diferencias que separan a los dos gobiernos, pero sí refleja la realidad de que la Guerra Fría acabó hace mucho y de que el diálogo es mejor que el distanciamiento”, dijo a Efe el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner.
Por ahora, el Departamento de Estado no ha proporcionado la agenda de Kerry en Cuba, pero los expertos consultados por Efe dan por hecho que se reunirá con el ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez.
Cuando Rodríguez visitó Washington para abrir la embajada de Cuba, el pasado 20 de julio, Kerry mantuvo una larga reunión con él en el Departamento de Estado, y el ministro cubano le aseguró entonces que le “esperaría” en La Habana el 14 de agosto.
Es poco probable, en cambio, que Kerry se reúna con el gobernante cubano, Raúl Castro, porque el mes pasado “Rodríguez no se reunió con el presidente (estadounidense, Barack) Obama, y el tratamiento igualitario es un principio importante para los cubanos”, dijo a Efe un experto en Cuba en la American University, William LeoGrande.
Según Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, la visita de Kerry será “sobre todo diplomática” y estará centrada en “el protocolo y en el trabajo con su homólogo Bruno Rodríguez, como hicieron el mes pasado en Washington”.
“Si Kerry se reúne con algunos disidentes, es probable que lo haga en privado, y teniendo en mente la reacción en EEUU. Pero es consciente de que es un tema sensible y tendrá cuidado de no generar tensiones ni estropear el impulso logrado para una normalización completa de las relaciones”, dijo Shifter a Efe.
Para LeoGrande, es “posible” que Kerry se reúna con disidentes cubanos “para subrayar el apoyo de Washington, pero eso podría poner en riesgo cualquier ambiente de buena voluntad con los funcionarios cubanos que pueda producir el viaje”.
Lo que parece casi seguro, al menos, es que Kerry mencione los retos que considera pendientes en materia de derechos humanos durante su discurso en la ceremonia de apertura de la embajada.
“Pero lo hará de forma diplomática, con cuidado de no sermonear a los cubanos sobre derechos humanos u otros asuntos. Tratará de continuar en el tono positivo planteado por ambos lados y ser consecuente con el espíritu de respeto mutuo y reconocimiento honesto de las diferencias”, pronosticó Shifter.
En cualquier caso, la visita de Kerry deparará “algo más que una simple fotografía para los libros de historia”, según ese experto.
“Será un gesto importante, altamente simbólico, cuyos efectos son difíciles de medir pero que probablemente contribuirá a construir más confianza entre La Habana y Washington”, agregó Shifter.
LeoGrande cree, por su parte, que la probable reunión entre Kerry y Rodríguez será una oportunidad de hacer “avances reales” en la relación bilateral.
Tanto Estados Unidos como Cuba reconocen que el proceso de normalización no podrá cerrarse hasta que se levante el embargo a la isla, algo que solo puede hacer el Congreso estadounidense.
Cuba también reclama la devolución del territorio dentro de la isla en el que se encuentra la base naval estadounidense de Guantánamo, algo sobre lo que Estados Unidos no tiene intención de conversar por el momento, según indicó Kerry en julio.
Otros asuntos pendientes son los diálogos sobre derechos humanos, telecomunicaciones y tráfico de personas, además de las conversaciones sobre las reclamaciones de compensación económica de ambas partes.
Abraham Puche – EV Houston Newspaper – EFE / Foto: Referencial