Uno de los programas de Michelle Obama está destinado a mejorar la nutrición infantil, y el otro, a la educación de las niñas en todo el mundo.
El nuevo secretario de Agricultura, Sonny Perdue, anunció que su departamento congelará la implementación de los estándares impuestos por Obama para los programas de almuerzos escolares financiados por el Gobierno federal.
Las normas impulsadas por los Obama exigen que las escuelas sirvan más comidas integrales, es decir, frutas y verduras frescas a millones de niños, además de que se limiten las cantidades de sodio y leche grasa, y así eliminar las grasas saturadas de los menús escolares.
La orden firmada por Perdue busca “dar una mayor flexibilidad” a las escuelas, al retrasar hasta 2020 la imposición de límites al sodio que pueden contener los menús escolares, y al conceder excepciones a aquellos centros que no quieran acogerse a la exigencia de servir alimentos con cereales integrales.
Hasta ahora, el máximo de sodio en los menús escolares es de 1.230 miligramos para la educación básica, 1.360 miligramos para la educación intermedia y 1.420 para la superior.
Estaba previsto que el próximo julio esos límites se recortaran a 935, 1.035 y 1.080 miligramos, respectivamente, pero la nueva directriz aplaza ese proceso hasta dentro de tres años, y permite a las escuelas servir leche baja en grasa con sabores añadidos, como chocolate.
El cambio responde, según Perdue, a las quejas de muchos administradores de comedores escolares, que mantienen que las nuevas exigencias hacían que los almuerzos atrajeran menos a los niños y aumentaban el desperdicio de alimentos, que además resultaban más caros.
“Si los niños no están comiéndose la comida, y acaba en la basura, no están obteniendo ninguna nutrición, y eso socava el propósito del programa”, dijo Perdue en un comunicado.
Los cambios en los menús escolares fueron impulsados por Michelle Obama, quien en 2010 lanzó su programa “Let’s move” (Movámonos) para cambiar las costumbres alimenticias de los más pequeños, en un país donde, por ejemplo, se han disparado los casos de diabetes infantil a causa de la ingesta de comida basura y bebidas azucaradas.
Por otra parte, las autoridades han pedido a los empleados del Cuerpo de Paz estadounidense, una agencia federal que coordina esfuerzos de voluntariado en el extranjero, que dejen de usar el nombre de otra iniciativa de la ex primera dama, llamada “Let Girls Learn” (Dejemos que las niñas aprendan).
Ese programa, lanzado en 2015, tenía como objetivo dar acceso a la educación a 62 millones de niñas y adolescentes en todo el mundo que no acuden a la escuela, lo que las hace más vulnerables a enfermedades como el sida, a contraer matrimonio de modo forzado y a otras formas de violencia.
“A partir de ahora, no seguiremos usando la marca ‘Let Girls Learn’ ni mantendremos un programa único” para fomentar la educación de las niñas en el extranjero, indicó la directora en funciones del Cuerpo de Paz, Sheila Crowley, en un correo electrónico a sus empleados obtenido por la cadena de televisión CNN.
“Todos estamos orgullosos de lo que ha conseguido ‘Let Girls Learn’ y les agradecemos a ustedes su éxito”, añadía el correo.
En un comunicado, el Cuerpo de Paz matizó que, pese al fin del programa, esa agencia continuará con sus esfuerzos para “convertir la educación de las niñas en una prioridad”.
Iveth Villalobos / EV Houston / EFE / Foto: EFE