Un templo budista de Tokio ofrece por primera vez tumbas para parejas del mismo sexo, algo inusual en Japón, país que no reconoce el matrimonio homosexual y donde no se suele permitir que parejas no casadas compartan sepultura.
“Ya que está cambiando el concepto estándar de familia hoy en día, debería variar también la forma de los cementerios”, explicó hoy a Efe un portavoz del templo Shodaiji de Tokio, responsable de la iniciativa.
En el país asiático es costumbre guardar las cenizas de un matrimonio en la misma tumba, aunque no hay restricción legal para que una pareja no casada pueda hacerlo.
Sin embargo, estos enterramientos son poco frecuentes, debido principalmente a la oposición de las familias o de los operarios del cementerio.
El templo tokiota de la corriente budista Jodo Shinshu, una de las mayoritarias de Japón, pretende cambiar esta dinámica, por lo que desde el pasado octubre ofrece sepultura conjunta a todo tipo de personas, sin importar su religión, el país de procedencia o la relación legal entre los fallecidos.
De momento, diez de las doscientas tumbas disponibles para personas no casadas han sido contratadas, aunque ninguna de ellas ha sido aún adquirida por parejas homosexuales.
El precio por compartir este tipo de enterramiento asciende a los 1,2 millones de yenes (unos 10.000 euros) para el plan básico, que permitiría guardar las cenizas hasta seis años después de la muerte de la última persona fallecida, periodo tras el cual serían trasladadas a una tumba colectiva.
La Constitución nipona define el matrimonio como “unión basada solo en el consentimiento mutuo de personas de diferente sexo”, mientras que la legislación civil nacional no reconoce derecho alguno para las parejas homosexuales.
Sin embargo, algunas autoridades locales japonesas -como el distrito de Shibuya, en Tokio- han comenzado a reconocer las uniones civiles homosexuales, e incluso el templo budista de Shunkoin de Kioto empezó en 2014 a celebrar bodas de parejas del mismo sexo.
Además, muchas de las grandes compañías niponas han comenzado a aplicar recientemente normativas laborales que equiparan los derechos de sus empleados gais con los de sus trabajadores heterosexuales.
EFE / Foto: Referencial