Los resultados preliminares del nuevo sistema de calificación implantado por la Agencia de Educación de Texas, publicados a principios de este año, tienen distritos escolares en todo el estado consternados y criticando el proceso o exigiendo una revocación.
El nuevo modelo reemplazará al actual sistema de rendición de cuentas que simplemente dice si los distritos escolares cumplieron los estándares bajo ciertos indicadores de desempeño. Con la nueva metodología, que será implementada completamente en 2018, dará a los distritos y sus campus una calificación genérica en escalas con las letras A, B, C, D o F.
Los dominios que serán evaluados con este sistema alfabético son:
- Logro estudiantil: ¿Qué tan bien realizan los estudiantes en las pruebas estandarizadas?
- Progreso estudiantil: ¿En qué tiempo los estudiantes responden las preguntas de las pruebas estandarizadas?
- Brechas sociales: ¿Cómo se desempeñan los estudiantes de familias de bajos ingresos en comparación con otros estudiantes más “afortunados”?
- Preparación para ir a la universidad: ¿Cuán preparados están los estudiantes luego de su graduación? Esta categoría se basa en la asistencia, los cursos, la tasa de deserción escolar y la tasa de graduación.
- Participación comunitaria: Esta categoría se basa en diferentes factores que cada escuela y distrito eligen de forma independiente.
¿Por qué la oposición?
En síntesis, quienes cuestionan el nuevo modelo evaluativo explican que calificar a un estudiante en un rango de seis letras involucra visiones muy subjetivas por parte del evaluador, afectando principalmente a los alumnos y distritos escolares menos favorecidos económicamente.
La Oficial Principal de Aprendizaje de KISD, Jenny McGown, pidió su derogación: “Este sistema marginaliza tanto a los estudiantes económicamente desfavorecidos, a los que están aprendiendo inglés y a los que se mudan frecuentemente entre escuelas”.
Por ejemplo, Klein Forest High School, donde el 72,4% del alumnado está en desventaja económica, recibió una D en los dominios 1, 2 y 4, y una C en el dominio 3. En la Escuela Primaria Benignus, donde sólo el 14,6% de los estudiantes están económicamente en desventaja, las calificaciones fueron divididas en partes iguales entre A y B.
El Superintendente de Alvin ISD, Buck Gilcrease, explica: “Por lo general se entiende que una ‘A’ es 90% y más de valoración positiva, mientras que una ‘F’ es 69% y menos, pero igual habrá suposiciones falsas sobre lo que significa cada letra”. Agrega que los cálculos son muy complicados y no consideran las actividades extracurriculares de los estudiantes.
Gilcrease puso como ejemplo, el caso de una escuela primaria de Alvin ISD que recibió distinciones estadales por logros académicos en ciencias, además de figurar en el Top 25 Porcentaje “Closing Performance Gaps”, pero con el nuevo sistema de evaluación recibió algunas “D” en varios dominios.
Aunque algunos Distritos están preparando una apelación, el teniente gobernador Dan Patrick ha dicho que el sistema A-F no será derogado o reemplazado.
María Virginia García / Abraham Puche / Foto: Referencial