Walter Riso explica cómo mantener una relación amorosa saludable.
¿Existe el amor verdadero? ¿Cómo se hace para amar plenamente sin obsesionarse con el otro? ¿Es posible mantener nuestra libertad y a la vez comprometernos con otra persona?
Estos son los cuatro rasgos que caracterizan a un amor saludable, según este experto:
1. Amar sin perderse a uno mismo. El amor verdadero requiere ser auténticos y amarnos primero a nosotros mismos, pero siempre en compañía del otro. Se trata de crecer juntos o, como decía el escritor francés Antoine de Saint-Exupery (autor de El principito): “Mirar juntos en la misma dirección”.
Es normal y deseable que los dos miembros de una pareja se unan hasta el punto de crear un vínculo en el que nadie más tiene cabida, pero es peligroso cuando se crea un “amor siamés” en el que uno se fusiona con el otro y deja atrás su esencia.
“Defiende tu identidad, ama con pasión, pero no entregues tu soberanía”, aconseja el autor. Y si tu pareja te exige que cambies hasta el punto de que te ajustes a su ideal, no pierdas el tiempo con esa persona porque no te ama”.
2. Amar sin obsesiones. Existe un amor obsesivo, apasionado, excitante, que arde rápido… pero igualmente se consume enseguida. Y después existe un amor sereno menos explosivo pero cuya temperatura se mantiene estable, cálida. Es un tipo de amor que se disfruta con intensidad, aunque sin perder la cabeza ni sufrir continuas crisis emocionales.
Hay una gran diferencia entre esta manera de amar, que crece en profundidad con el tiempo, y esa pasión obsesiva que se enmarca en “la obstinación, el desvelo y la preocupación por estar con el otro. No se disfruta porque la mente solo está interesada en adueñarse de la persona amada y tenerla bajo su control”.
3. Amar sin miedo a perder. Ni en el amor ni en la vida hay certezas absolutas ni finales perfectos. Amar es arriesgarse a que nos rompan el corazón. Por eso muchas personas se cierran a las relaciones o huyen en cuanto empiezan a volverse demasiado íntimas, pues eso les hace sentir demasiado vulnerables y activa su temor al abandono.
La clave para vivir nuestras relaciones amorosas de forma valiente y plena consiste en “aceptar el riesgo que supone entregarse a otra persona” y “no ambicionar una eternidad juntos, sino la plenitud del ahora”.
4. Amar con plena libertad. El amor dependiente es el que “necesita” a la persona amada, mientras que el amor verdaderamente generoso consiste en elegir a nuestro compañero o compañera de vida por quién es, incluso si no estamos de acuerdo en su forma de pensar o de hacer ciertas cosas. Se trata de respetar su esencia, aprender de él o de ella.
En definitiva, aceptar a esa persona tal y como es sin pretender cambiarla para que se adapte a lo que consideramos que es la “pareja ideal”, ni utilizarla para que llene nuestros vacíos internos. “Revista bien si amas a la persona que está contigo por lo que es o en realidad ‘amas’ lo que te ofrece para subsanar tus déficits”.
Recuerda: Walter Riso reitera que amor es como un trípode: si Eros (deseo), Philia (amistad) o Ágape (cuidado por el otro) llegan a faltar en una relación, tarde o temprano aparecerá el sufrimiento, pues cada uno de estos elementos son importantes para disfrutar de un amor bueno, sano y para sentirse bien en pareja.
EV Houston Newspaper – Agencias / Foto: Cortesía