Por medio de una carta de dimisión, Flynn admitió que “transmitió sin querer al vicepresidente electo Mike Pence y a otros información incompleta sobre sus conversaciones telefónicas con el embajador de Rusia” en Washington.
Razón que empujó al general retirado Joseph Kellogg a ocupar el puesto de consejero de forma interina.
En esas conversaciones, que se desarrollaron antes de que el magnate accediera al poder el pasado 20 de enero y que interceptó el FBI, Flynn habló de sanciones contra el Kremlin por la presunta injerencia de Rusia en las elecciones de noviembre del año pasado.
Sin embargo, la renuncia de Flynn tan solo un mes después de la toma de posesión de Trump supone un extraordinario y temprano revés para el equipo de asesores del presidente.
Recordemos que Flynn fue un fiel apoyo para Trump durante la campaña, pero sus vínculos con Rusia causaron preocupación a altos asesores.
En su carta de dimisión, Flynn defendió que las conversaciones “son una práctica estandarizada en cualquier transición de tal magnitud”, y que tenían el fin de “facilitar una transición fluida y empezar a construir una relación necesaria entre el presidente, sus asesores y líderes extranjeros”.
Flynn siempre estuvo rodeado de la polémica, incluso antes de su nombramiento, durante la campaña electoral, utilizó las diversas redes sociales para difundir noticias falsas publicadas en portales de extrema derecha sobre presuntos delitos cometidos por la demócrata Hillary Clinton.
Michael, su hijo, la práctica de difundir noticias falsas le costó un puesto en el nuevo Gobierno, ya que una de las conspiraciones difundidas provocó un tiroteo en una pizzería de Washington.
El general en retiro Keith Kellogg, quien ha sido jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, fue nombrado como asesor de seguridad nacional interino mientras Trump determina quién debería ocupar el cargo.
Iveth Villalobos / EV Houston / Foto: EFE