“Las medidas previstas en estas órdenes ejecutivas conllevan un alto grado de discriminación de las comunidades migrantes y grupos minoritarios, en particular las personas latinas y musulmanas o quienes sean percibidas como tale”, aseguró por medio de un comunicado la Comisión.
Al tiempo que recordó que “las normas y estándares en materia de derechos humanos prohíben la discriminación basada en el origen nacional o en la religión”.
Las medidas que más preocupan a la Comisión son, entre otras, “la construcción del muro en la frontera con México, el cierre de la frontera a solicitantes de asilo, el énfasis en procedimientos de deportación expedita, la cancelación de fondos federales a las llamadas “ciudades santuario”, la prohibición indefinida para el ingreso de refugiados sirios y la prohibición de ingreso temporal a nacionales de siete países predominantemente musulmanes”.
“Estas órdenes ejecutivas, la construcción de más centros de detención migratoria y el énfasis en deportaciones expeditas representan una política dirigida a estigmatizar y criminalizar a los migrantes o a cualquier persona percibida como migrante”, indicó la Comisión, con sede en Washington.
Por tanto, con “profunda preocupación”, insta a Estados Unidos a dejar sin efectos las órdenes ejecutivas y a “garantizar que cualquier medida oficial en materia de migración y refugio se encuentre acorde con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y del derecho internacional de los refugiados”.
Para la Comisión, la implementación de estos decretos “agrava la grave crisis humanitaria que afecta a todas las personas migrantes, refugiados y solicitantes de asilo”.
La CIDH dedica una mención especial al muro que Trump quiere construir en la frontera con México, que, junto a “la militarización de la frontera”, “pondrán en mayor riesgo las vidas de migrantes y refugiados”.
“La experiencia histórica demuestra que los migrantes se verán forzados a buscar rutas más peligrosas para ingresar a los Estados Unidos. La ausencia de canales legales para migrar también empujará a las personas a recurrir a traficantes de migrantes, poniendo en grave peligro su vida e integridad personal”, advierte.
En este contexto, la CIDH afirma su interés de colaborar con el Gobierno de Estados Unidos “en la búsqueda de soluciones que garanticen la plena observancia de los derechos humanos de los migrantes y refugiados”.
La Comisión es un órgano independiente de derechos humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo Consejo Permanente no se ha reunido desde que Donald Trump fue investido el pasado 20 de enero y, por tanto, no ha debatido las medidas del nuevo Ejecutivo que afectan a toda la región.
Iveth Villalobos / EV Houston / EFE / Foto: EFE