De acuerdo a lo señalado en los informes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) la pobreza en Venezuela aumentó 6,1 puntos porcentuales el año pasado y se ubicó en 27,3% cifras que contradicen las proclamas del presidente Nicolás Maduro al mencionar que a través de los logros de la “revolución socialista” la población sin recursos se ha reducido considerablemente y que para el año 2018 ya no habrá miseria en Venezuela.
El porcentaje de hogares venezolanos que viven en situación de pobreza pasó de 21,2% a 27,3% de finales de 2012 hasta el año pasado, lo que representa 1,79 millones más de personas pobres, informó el organismo estatal en su página de internet.
Según el INE, el indicador de pobreza extrema también se incrementó al pasar de 7,1% en 2012 a 9,8% en 2013, lo que equivale a unas 733.000 personas más en pobreza extrema.
Estos indicadores de pobreza estuvieron virtualmente engavetados en la página de internet del INE —casi siempre tardíamente actualizada— hasta que fueron descubiertos el viernes por la prensa local, justo un día después que el presidente Maduro en un acto público comentara que “una de las líneas de trabajo central” que creó su antecesor y mentor político, el ahora fallecido presidente Hugo Chávez, fue “sustituir y terminar definitivamente los barrios de ranchos”.
En Venezuela llaman ranchos a las precarias viviendas apiñadas en las laderas de las montañas, construidas con delgadas láminas de zinc, madera e incluso materiales de desecho.
“La miseria es una expresión de la pobreza extrema y uno de los elementos para superarla es dónde vives y cómo vives… yo me he planteado miseria cero en el año 2018”, indicó el gobernante.
Apuntalado por el boom petrolero que se dio entre 2003 y 2008, unos ocho millones de pobres lograron levantar sus ingresos y mejorar sus condiciones de vida al descender la pobreza de 60,1% en 2003 a 31,8% en 2009; pero en los últimos años ese logro comenzó a desvanecerse debido al enfriamiento de la economía, el vertiginoso ascenso de la inflación —que alcanzó en marzo una tasa anualizada de 59%— que diluye los salarios, la inestabilidad cambiaria y el deterioro de los servicios públicos que golpea con mayor inclemencia a los sectores más necesitados del país.
Ronald Balza, profesor de economía e investigador de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas señala que “está ocurriendo no es una sorpresa, porque la reducción que se dio fue una reducción en la pobreza de ingresos y eso estuvo muy vinculado a la distribución del ingreso petrolero”, dijo. “Entre el 2003 y el 2008 hubo un incremento sostenido de los precios del petróleo y el gobierno utilizó esos recursos para financiar políticas que el gobierno decía estaban dirigidas a la reducción de la pobreza, pero que no hacía más que repartir dinero”, acotó el académico.
Esa era una política “que cuando no hubiera dinero que repartir, no se podría sostener. Allí se estaban creando todos los peligros que cuando se diera una crisis (económica) como ésta, los precios del petróleo cayeran o dejaran de crecer, junto a toda la cantidad de compromisos que el gobierno se había echado encima esto se hiciera extremadamente pesado y no se pudiera mantener la reducción de la pobreza ni se pudiera impedir que la pobreza pudiera aumentar muy rápidamente”, añadió.
El precio del petróleo se ha mantenido estable y el gobierno tiene una gran cantidad de deudas asumidas con proveedores internacionales, compromisos con países aliados para proveerles petróleo bajo condiciones preferenciales y “una nueva ley del Trabajo que le hace mucho más costoso el cumplimiento de sus obligaciones fiscales”, destacó Balza.
También alimenta la pobreza el hecho de que buena parte del sector productivo privado está postrado. Desde hace más de un año, el gobierno ha venido demorando, sin dar mayores explicaciones, la venta de divisas a las empresas privadas, lo que ha afectado el flujo de las importaciones de materias primas e insumos de muchas compañías locales. Esta situación ha generado una caída de la producción en algunas empresas, el cierre de otras y ha complicado los problemas de escasez de algunos alimentos y bienes básicos que padece el país desde hace varios años.
Andrea Phillips / El Venezolano / Fuente: Informe21 / Foto: Referencial