Unos 100 hombres atacaron el recinto penitenciario de Kidapawan, y se enfrentaron con los guardias del mismo por unas dos horas.
“Fue para rescatar a sus compañeros detenidos, una operación de rescate”, indicó Peter John Bonggat, guardia del lugar.
“Los presos aprovecharon el ataque y apilaron sus camas unas sobre otras para escapar”, relató Bonggat.
Aproximadamente unos 158 detenidos se fugaron, pero se desconoce cuántos de ellos estaban vinculados a los combatientes que atacaron la prisión.
El ataque fue perpetrado por una fracción disidente del grupo insurgente musulmán Frente Moro de Liberación Islámica, uno de los movimientos islamistas más importantes del país, y con el cual el gobierno inicio negociaciones de paz.
(MILF), dijo Bonggat, refiriéndose al movimiento armado islamista más importante del país, con el cual el gobierno inició negociaciones de paz.
Un portavoz del MILF, Von al-Haq, dijo que se desconocen las identidades de quienes atacaron la cárcel.
Los ataques contra prisiones son frecuentes en la región de Mindanao, donde el año pasado extremistas del EI dejaron en libertad a 23 detenidos en distintas operaciones.
Iveth Villalobos / EV Houston / Foto: EFE