Brasil garantizará la plena seguridad de sus ciudadanos y de los extranjeros durante el próximo Mundial de fútbol y está “preparado” para las protestas de movimientos sociales que se oponen al evento de la FIFA, afirmaron hoy fuentes oficiales.
En una rueda de prensa, los ministros de Defensa, Celso Amorim, y de Justicia, José Eduardo Cardozo, expusieron los planes del país para la gran cita del fútbol mundial, que congregará a 32 selecciones y a unos 600.000 extranjeros a partir del próximo 12 de junio.
Ambos ministros admitieron la posibilidad de que las masivas protestas que se registraron en junio del año pasado durante la Copa Confederaciones se repitan durante el Mundial, pero Cardozo expresó su convicción de que “serán menores” y no tendrán el apoyo de millones de personas, como ocurrió entonces.
“Nuestra sensación es que las manifestaciones serán menores, pero estamos preparados para todo”, indicó Cardozo.
El ministro reconoció que, de cara a la Copa Confederaciones, las protestas “no estaban en las previsiones” del Gobierno.
No obstante, recordó que las manifestaciones no afectaron el torneo, que “ningún partido se aplazó ni se atrasó”, y aseguró que ahora, al contrario de lo que ocurrió el año pasado, las autoridades están “preparadas”.
Amorim, quien antes de asumir la cartera de Defensa fue ministro de Relaciones Exteriores durante ocho años, negó que el clima de protesta pueda afectar la imagen del país.
“La imagen de Brasil es la de una democracia vibrante, en la que los ciudadanos se manifiestan libremente”, afirmó Amorim.
Cardozo reiteró que, si bien las manifestaciones pacíficas serán permitidas, no se tolerará la violencia.
“No se pueden aceptar abusos ni violencia, sea de manifestantes o de policías”, declaró Cardozo, quien admitió que el año pasado las fuerzas del orden cometieron “excesos” que fueron condenados por organismos de derechos humanos nacionales y extranjeros.
En ese sentido, explicó que más de 13.000 policías han sido entrenados durante los últimos meses para actuar en manifestaciones y que se ha establecido un “protocolo de acciones para evitar que haya abusos”.
Según Cardozo, la policía brasileña “aprendió mucho durante la Copa Confederaciones y hoy está mucho mejor entrenada” para actuar en protestas.
Los ministros explicaron que el plan de seguridad para el Mundial movilizará a 100.000 policías y 57.000 soldados, que se desplegarán en las doce ciudades que serán sedes del torneo.
“Es un plan preparado y ya ejecutado (en algunas áreas) en los últimos años” y que es fruto de una “excelente planificación”, dijo Cardozo, quien garantizó que las Fuerzas Armadas y las policías federales y regionales actuarán “totalmente integradas”.
Según los ministros, habrá un gran centro de coordinación en Brasilia, que estará en comunicación “permanente” con otros que serán instalados en las otras once sedes del Mundial.
Apuntaron que los 32 países representados por sus selecciones podrán enviar al país a un máximo de siete policías, que trabajarán en coordinación con los organismos de seguridad brasileños.
Cardozo cifró en 1.900 millones de reales (863 millones de dólares) las inversiones del Gobierno en materia de seguridad para el Mundial, incluida la compra de armas de “baja letalidad”, cámaras de alta definición y equipos de inteligencia.
Reiteró que, en relación a los hinchas extranjeros violentos que pudieran llegar a Brasil, “hay un intercambio de información con los otros países”, que enviarán listas de sospechosos a los que “se les hará un seguimiento especial” o a los que incluso se les puede negar el ingreso al país.
Cardozo también comentó la amenaza de huelga que mantienen los agentes de la Policía Federal, organismo que, entre otros asuntos, es responsable por las aduanas y los aeropuertos y de fiscalizar el ingreso de extranjeros al país.
En ese sentido, explicó que hay una negociación salarial en marcha y que “existe la posibilidad de un acuerdo”, aunque precisó que una reciente decisión del Tribunal Supremo “prohíbe las huelgas de policías” y dijo estar convencido que “eso no será transgredido”.
Apuntó, sin embargo, que si la Policía Federal llegase a convocar una huelga, el Gobierno “tiene alternativas y respuestas para dar garantías” a los brasileños y a los extranjeros.
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