El 18 de julio de 1981, nace en Mvezo, en la Unión Sudafricana, uno de los hombres más emblemáticos de la historia contemporánea por su lucha social, pacifista y humanitaria: Nelson Mandela o también conocido como Madiba, llamado así por las comunidades de Sudáfrica en su honor.
Mandela quien en vida fuera abogado y político, resaltó ante el mundo por haberse convertido en el primer presidente sudafricano elegido democráticamente a través del voto universal para 1994 y gobernó hasta 1999.
El líder pacifista permaneció 27 años encarcelado y condenado por “sabotaje”. Sin embargo, ganó las elecciones presidenciales de Sudáfrica tras su liberación.
Desde entonces dedicó su vida a la lucha social y humana por la justicia y la democracia a tal grado que “su mensaje de reconciliación y convivencia entre razas, que hizo posible la transición hacia una Sudáfrica democrática, le valió el premio Nobel de la Paz en 1993, que recibió junto al entonces presidente sudafricano, Frederik Willem de Klerk”, de acuerdo con información de la agencia de noticias EFE.
Mandela recibió 250 premios y reconocimientos internacionales como lo fue el Nobel.
Cada 18 de julio se conmemora el Día Internacional de Nelson Mandela, decretado así por la Asamblea General de Naciones Unidas en su honor para el 2009.
Para el 5 diciembre de 2013, el líder falleció en Johannesburgo a consecuencia de una fuerte infección pulmonar que lo aquejaba recurrentemente.
Recordemos algunas de sus frases más emblemáticas, dejadas por esta personalidad eternamente para la historia:
“Si yo tuviera el tiempo en mis manos haría lo mismo otra vez. Lo mismo que haría cualquier hombre que se atreva a llamarse a sí mismo un hombre”.
“Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo”.
“Siempre parecer imposible hasta que se hace”.
“La educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar al mundo”.
“Solo los hombres libres pueden negociar. Tu libertad y la mía no pueden separarse”.
“La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz”.
“Yo no tenía una creencia específica, excepto que nuestra causa era justa, era muy fuerte y que estaba ganando cada vez más y más apoyo”.
“Me gustan los amigos que tienen pensamientos independientes, porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los ángulos”.
“Mucha gente en este país ha pagado un precio antes de mí, y muchos pagarán el precio después de mí”.
“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar”.
María Fernanda González/EV Houston / Foto: Referencial