“La guerra que causó tanto sufrimiento y angustia a nuestra población, a lo largo y ancho de nuestro bello país, ha terminado”, aseguró Santos, quien aprovechó para saludar el fin de los que calificó como “una pesadilla” de más de medio siglo.
Durante su discurso recordó a las más de “8 millones de víctimas y desplazados” y a las “220.000 mujeres, hombres y niños que, para nuestra vergüenza, han sido asesinados”.
Santos, premiado por sus “esfuerzos decididos” para acabar con la guerra, afirmó que Colombia ha hecho “posible lo imposible” y que el Nobel fue un “regalo caído del cielo”, como “el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡el puerto de la paz!”.
El Nobel llegó poco después del triunfo del no en el referendo sobre el primer acuerdo con la guerrilla de las FARC, un resultado inesperado que situó a los colombianos en un lugar mágico pero contradictorio, como el Macondo de Gabriel García Márquez.
Ese revés fue usado como una oportunidad para abrir un diálogo nacional y lograr un mejor acuerdo que toda Colombia pudiera apoyar y que fue aprobado a finales del mes pasado por las dos cámaras.
Santos elogió a los países que han apoyado las negociaciones, sobre todo a Noruega -garante con Cuba del proceso-, pero también a las Fuerzas Armadas y a quienes negociaron directamente.
“Y me refiero tanto a los negociadores del Gobierno como a los de las FARC -mis adversarios-, que demostraron una gran voluntad de paz. Yo quiero exaltar esa voluntad de abrazar, de alcanzar la paz, porque sin ella el proceso hubiera fracasado”, indicó.
Iveth Villalobos / EV Houston / EFE / Foto: EFE