La Asamblea Nacional de Corea del Sur aprobó este viernes la destitución de la presidenta Park Geun-Hye con 234 votos a favor y 56 en contra, luego de varias semanas de manifestaciones multitudinarias en las que se pedía el cese de su mandato.
Debido al impeachment que empezará proximamente, la presidenta pierde sus poderes como jefa de Estado, desde el control del Ejército hasta derecho a veto o decisiones sobre política exterior.
Se debe destacar que en Corea del Sur se han registrado seis semanas consecutivas de manifestaciones, donde millones de ciudadanos exigen la renuncia de Park, mientras que los fiscales señalan que la presidenta es cómplice de su amiga Choi Soon-sil, apodada la “Rasputina”, en el mayor escándalo político de los últimos años en el país.
De esta manera, el control del gobierno queda provisionalmente en manos del primer ministro, Hwang Kyo-ahn, hasta que el Tribunal Constitucional dé su veredicto final sobre el resultado de la votación parlamentaria.
Para que la destitución de la presidenta se haga efectiva se requiere el voto de seis de los nueve jueces del Constitucional, que cuenta con un período de evaluación de hasta seis meses.
En el único precedente histórico, el impeachment al ex presidente Roh Moo-hyun en 2004, los jueces anularon la decisión del Parlamento tras 63 días de deliberaciones.
El mandato de Park hasta ahora se ha caracterizado por una política de línea dura contra el régimen de Kim Jong-un, por lo que su destitución podría dar lugar a cambios en las siempre complicadas relaciones con Pyongyang.
Además, Corea del Sur está pendiente de conocer la postura hacia Corea del Norte de la nueva administración estadounidense de Donald Trump, que podría dar un giro a la política de “paciencia estratégica” con la que Barack Obama apenas ha logrado progresos tangibles.
Maholy Leal Medina – EV HOUSTON – EFE / Foto: referencial