Un hombre estadounidense fue declarado culpable de asesinato el lunes por haber dejado a su hijo pequeño morir dentro de una camioneta cerrada bajo el sol.
Justin Ross Harris, de 35 años, se encontraba bajo juicio desde el pasado 3 de octubre por la muerte de su hijo Cooper, de tan solo 22 meses de nacido.
El 18 de junio del 2014 el pequeño murió tras ser dejado durante horas en el asiento trasero de la camioneta deportiva de Harris.
Este dijo que se le olvidó llevar al niño a la guardería esa mañana y se fue directo a su trabajo en la ferretería Home Depot, sin percatarse de que Cooper seguía en el auto.
Tiempo después, los investigadores encontraron evidencia que indicaba que Harris estaba teniendo relaciones sexuales con numerosas mujeres, por lo que la fiscalía lo acusó de asesinato con malicia, diciéndole que él mató intencionalmente a su hijo para escapar de las responsabilidades de la vida familiar.
Los fiscales argumentaron que Harris tenía que saber que Cooper se encontraba en la camioneta, ya que manejó por menos de dos minutos hacia su trabajo tras colocar al niño en el asiento trasero del vehículo después de haber desayunado en un restaurante llamado Chick-fil-A.
Harris le indicó a la policía que no se dio cuenta de la presencia de Cooper en el vehículo hasta que salió del trabajo para irse al cine al final de la jornada.
El niño murió por pasar siete horas sudando en medio del intenso calor de ese día.
Además, los fiscales dicen que Harris dejó indicios en Internet de sus intenciones asesinas.
La defensa del hombre afirmó que Harris amaba a su hijo y que la muerte fue un accidente trágico, no un delito.
Tanto amigos como familiares, incluida su ex esposa, señalaron que el acusado era un padre dedicado y cariñoso.
Iveth Villalobos / EV Houston / Foto: Facebook