
En Río de Janeiro, se cumplieron las proyecciones de las encuestas con el triunfo de Crivella por un abultado 59 por ciento frente al izquierdista Marcelo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), dos modelos antagónicos que representaban las dos caras de la ciudad.
El nuevo alcalde de Río, del Partido Republicano de Brasil (PRB), considerado el brazo político de la Iglesia Universal, la tercera mayor congregación brasileña, es un obispo evangélico, conservador, ingeniero, escritor y conocido como cantante de góspel.
Durante la campaña, Crivella tuvo que disculparse por escritos en los que calificaba la homosexualidad como una “conducta maligna” y condenaba a otras religiones por considerarlas “diabólicas”.
El apoyo del importante colectivo evangélico ha sido decisivo en la victoria de Crivella, que también ha contado con el voto de las clases populares y de baja instrucción, mientas que Freixo tenía el respaldo de la clase media, los profesionales y universitarios y el segmento católico o menos influenciado por la religión.
La abstención en estas elecciones fue de un 26,92%, superior al 24,82% de la primera vuelta el 2 de octubre.
Además existió un 4,17% de votos en blanco y un 16% de votos nulos.
Al caer la noche en Bangú, los partidarios del vencedor se congregaban en la zona oeste de la ciudad para celebrar el resultado.
Iveth Villalobos / EV Houston / EFE / Foto: EFE