
Sin duda alguna, todo principio en un nuevo negocio, en una nueva aventura empresarial, en una nueva asociación estratégica, e inclusive en la recuperación de un negocio existente, trae más dudas e inquietudes a la gerencia que respuestas concretas o una visión despejada de cómo alcanzar el deseado éxito financiero.
Las estadísticas muestran empresas que arrancan operaciones con toda la esperanza de experimentar números positivos al mediano plazo, pero la realidad es que muchas de estas empresas y negocios no tienden visualizar y calcular debidamente el cómo planificar, cómo ejecutar y cómo monitorear una estrategia que les brinde beneficios financieros en un plazo razonable.
Esto lamentablemente con lleva en muchos casos a la no deseada quiebra financiera.
Afortunadamente, en Estados Unidos estamos experimentado una tendencia a la baja en el número de quiebras empresariales. Cifras oficiales, arrojadas por la Administrative Office of the U.S. Courts, muestran un descenso en empresas que han cerrado sus puertas comparado con años anteriores.
A junio de 2017 y vía cada uno de los capítulos más importantes del código de bancarrota de los Estados Unidos (i.e., 11, 7, 12 y 13) se ve un descenso con respecto a junio de 2016 (aproximadamente un 3%).
Espero que esta tendencia se mantenga y así se revele en junio de este año. Así lo estimo personalmente.
A mis múltiples clientes en el área de consultoría gerencial siempre les he recomendado y llevado de la mano en definir e instrumentar una estrategia de negocios que les permita arrancar o levantarse operacional y financieramente.
La clave, aunque parezca muy sencillo en palabras, es la alineación estratégica de los tres componentes clave de toda aventura empresarial, siendo éstos: los procesos de negocio, la tecnología que apoya a estos procesos y la gente que ejecuta dichos procesos con la ayuda de la tecnología de vanguardia.
El término “gente” se refiere a los roles y responsabilidades asignadas por la gerencia al personal corporativo.
Para una empresa manufacturera, por ejemplo, es crucial contar con un sistema ERP (Enterprise Resource Planning), tal como SAP, Oracle eBS, etc., que les permita mantener control de las fases críticas de la producción, siendo éstas la procura de materiales y materias primas para la confección del producto final, la programación de la producción, la fabricación del producto, finalmente la distribución y logística en hacer llegar dicho producto al cliente final.
El pilar fundamental de todo este esfuerzo es la combinación de la gente (tal como cité arriba – los roles y responsabilidades) que ejecutan estos procesos críticos, confiando en la precisión del sistema computarizado que les minimiza los riesgos de errores operativos y financieros.
Douglas Chemaly / foto: referencial