
Los investigadores de Johns Hopkins han desarrollado una nueva clase de fármacos inmunoterápicos que potencian la capacidad del sistema inmune para combatir el cáncer.
Esta nueva estrategia terapéutica, que se publicó en la revista Nature Communications, ha desacelerado considerablemente el desarrollo tumoral, incluso en cánceres que no responden a la inmunoterapia actual.
“El sistema inmune es capaz de detectar y eliminar las células tumorales de forma natural; sin embargo, casi todos los cánceres, desde los más frecuentes (pulmón, mama, colorrectal) hasta los melanomas y los linfomas, evolucionan para contratacar y vencer la vigilancia inmunitaria al reclutar y amplificar los mecanismos naturales de supresión inmune”, afirma Atul Bedi, M.D., autor principal del estudio y profesor adjunto de otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Uno de los medios más importantes que usan los tumores para eludir el sistema inmune son los linfocitos T reguladores (Treg), una subpoblación de células que suprime la respuesta del sistema inmune contra las células tumorales. Con frecuencia las células Treg se infiltran en los tumores y esto tiene una fuerte correlación con la obtención de resultados insuficientes en el tratamiento de distintos tipos de cánceres.
Debido a que muchos tumores producen niveles elevados de una proteína que promueve el desarrollo de las células Treg, Bedi y su equipo dedujeron que, si las Treg infiltradas en el tumor desactivaban la respuesta inmune contra las células tumorales, la consecuente inhibición de las células Treg podría aumentar la eficacia de la inmunoterapia.
“Esto es un verdadero reto porque los linfocitos Treg no solo se activan por la proteína TGF-? (factor de crecimiento transformante beta) secretada por las células tumorales, sino que crean su propio TGF-? para conservar su identidad y función en el tumor”, sostiene Bedi.
Las células Treg también producen el antígeno-4 asociado al linfocito T citotóxico (CTLA-4), el cual inactiva las células antitumorales del sistema inmune.
Para abordar este reto, los investigadores desarrollaron unos fármacos inmunoterápicos nuevos, a los que llamaron “Y-trap” (trampa Y). Cada molécula Y-trap es un anticuerpo en forma de Y unido a una “trampa” molecular que captura las moléculas cercanas, inactivándolas.
Los investigadores diseñaron primero una Y-trap para atacar el CTLA-4 y capturar el TGF-?. Esta Y-trap inhibe tanto el CTLA-4 como el TGF-?, lo cual permite a las células inmunes antitumorales combatir el tumor e inactivar las células Treg.
Con el fin de ensayar las Y-trap, el equipo trasplantó células cancerosas humanas en ratones transgénicos que portaban células inmunitarias humanas.
Los investigadores descubrieron que las Y-trap eliminaron las células Treg en los tumores y desaceleraron el desarrollo de tumores que no habían respondido al tratamiento con ipilimumab, un fármaco inmunoterápico que se usa en la actualidad para atacar la molécula CTLA-4.
Bedi no solo prevé el uso de las Y-trap como tratamiento de cánceres avanzados y metastásicos, sino como terapia adyuvante para crear un efecto “vacuna”; es decir, que se les administren a los pacientes antes de una cirugía para prevenir recidivas.
Nota de Prensa Johns Hopkins / foto: referencial