Con esa frase se definen los Cascos Blancos de Siria, quienes celebraron el Nobel de Paz que obtuvo el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, un galardón que ellos disputaban con el mandatario que firmó la paz con la FARC.
Muchos de ellos son panaderos, pintores o estudiantes que dejaron a un lado sus actividades y antigua vida para socorrer a todas las víctimas de la guerra de su país.
El grupo de rescatistas se ha hecho famoso a nivel mundial por sus videos en las diferentes redes sociales, los cuales dan testimonio fiel de la gran valentía de estos a la hora de acudir a ayudar a las víctimas, en especial, si se trata de salvar niños.
Es importante resaltar que los Cascos Blancos operan en territorio rebelde, ya que estos afirman tener prohibido trabajar en zonas bajo control del gobierno, pese a que reivindican ser neutrales.
Son los primeros en llegar a los sitios que acaban de ser bombardeados para ponerse a excavar, la mayoría de las veces con sus propias manos, en busca de sobrevivientes atrapados bajo escombros.
Una imagen que dio la vuelta al mundo relata la historia de Mahmud, un bebe de dos meses que fue rescatado luego de 12 horas de trabajo bajo los escombros de un edificio que fue bombardeado en Alepo en el año 2014.
El rescatista de Mahmud, fue Jaled, quien murió hace dos meses durante un bombardeo, así lo dieron a conocer los Cascos Blancos. El hombre tenía 31 años, una esposa y dos hijos, trabajaba como pintor y decorador. Fue la víctima 142 de la organización.
Iveth Villalobos / EV Houston / Foto: Captura Youtube