Este martes, 5.000 refugiados y migrantes que regresaban al superpoblado campo de Moria, en la isla griega de Lesbos, abandonaron de forma precipitada la víspera debido a un incendio aparentemente voluntario.
“La calma volvió” a la isla, pero la situación aún es inestable, ya que los refugiado se dispersaron unos 10 kilómetros de Moria a Mitilene.
Según las autoridades griegas, el mismo día detuvieron a nueve residentes del campamento de Moria (afganos, iraquíes, un senegalés, un sirio y un camerunés), los cuales se vieron implicados en disturbios y enfrentamientos que habrían probablemente producido el incendio en las instalaciones.
Unos 40 policías antidisturbios fueron desplegados como refuerzo en la zona, ubicada en el Egeo oriental, y principalmente en la puerta de entrada de Europa por el éxodo migratorio del 2015.
Iveth Villalobos / EV Houston / foto: EFE