Francisco Flores de Freitas y Efraín Campo Flores, sobrinos de la primera dama de Venezuela y presos en Nueva York desde noviembre, se vieron por primera vez en una corte federal de esta ciudad con los informantes de la DEA que aseguran intentaban traficar cocaína a EE.UU.
En el segundo día de una audiencia de supresión de evidencia, los informantes, identificados solo como “CS1” y “CS2”, que resultaron ser padre e hijo, respectivamente, fueron traídos desde una cárcel federal en California para dar su testimonio sobre este caso, a través de intérpretes.
Ambos fueron arrestados el pasado agosto por intentar introducir droga a EE.UU. y ayudar a distribuirla, así como de mentir a la DEA entre 2012 y 2016, cuando eran sus informantes.
“CS1” y “CS2” se declararon culpables de todos esos cargos en un acuerdo con la fiscalía que incluyó su disposición para declarar en el proceso contra los sobrinos de Cilia Flores, esposa del presidente Nicolás Maduro y también legisladora.
El “CS1”, de 55 años, dijo que los venezolanos acusados le aseguraron durante la tercera reunión que sostuvieron en la ciudad de Caracas, que la droga que traficaban era de la mejor calidad.
“CS1” viajó a Venezuela junto a su hijo, de 34 años, también informante de la DEA, y un amigo mutuo no identificado, durante ese encuentro en un edificio que dijo era propiedad de Flores de Freitas, aseguró que de las tres reuniones que tuvieron, fue en esa que vio por primera vez un kilo de cocaína, una muestra de la que tenían presuntamente previsto traficar a EE.UU.
El informante, que además de traficante era usuario de cocaína mientras simultáneamente cooperaba con la DEA, lo que en ese momento esa agencia federal no sabía, pidió hacer una prueba para determinar su calidad.
“No la inhalé, nada más la olí y la toqué”, respondió el hombre, de 55 años, durante el interrogatorio de la defensa, que le cuestionó cómo sabía de su calidad si no contaba con equipo para hacer una prueba química.
“A base de mi experiencia (como narcotraficante) por el brillo, el color y la textura, porque te deja un aceite en la mano. Esa cocaína era puro aceite y le dije a Flores y a Francisco que era de pura calidad”, indicó.
Aseguró que ellos le dijeron que “esa era la calidad que trabajaban todo el tiempo, que no querían problemas y que sería la que enviarían”. Su hijo también dijo durante el interrogatorio haber visto la droga y que fue su padre quien la tocó.
El informante admitió además a la defensa que durante su estadía en Venezuela inhaló cocaína y que sostuvo relaciones sexuales en dos ocasiones con prostitutas, lo que la DEA no sabía. Las prostitutas fueron pagadas por Campo Flores.
Durante la audiencia de unas seis horas, la fiscalía dirigió su interrogatorio a “CS1”, “CS2” y otro confidente de la DEA, así como a un agente, para probar que a los acusados no se les violaron sus derechos durante su arresto, el 10 de noviembre en Haití, como alegan en su petición de supresión de evidencia, y de su conspiración para traficar droga a este país.
La defensa, por su parte, siguió en su propósito de desacreditar la credibilidad de los informantes, insistiendo en ambas audiencias que mintieron durante cuatro años a la DEA sobre sus actividades delictivas mientras eran pagados por esa agencia.
“¿Usted les ha estado mintiendo por años?”, le cuestionó el abogado de defensa John Zach a “CS1”, quien respondió en la afirmativa.
Durante sus años como informante de la DEA y otras agencias del orden, el padre dijo haber ganado desde 2003 alrededor de un millón de dólares, mientras su hijo obtuvo 400.000 dólares.
“CS1” admitió haber mentido incluso hasta el día de hoy, en que la fiscalía supo por primera vez que había una tercera persona que viajó a Venezuela con ellos.
“Me dijeron que están muy molestos, que lo van a repasar (el acuerdo) y que tengo que ser honesto”, admitió el hombre, que también viajó a Haití, donde se reunió con los acusados en el restaurante de un hotel donde fueron arrestados.
El hombre dijo que mientras estaba en el restaurante recibió una llamada del agente Sandalio González, a cargo del caso, para que se retirara para ellos actuar.
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