
54 votos bastaron para que Dilma Rousseff fuera condenada y destituida del cargo presidencial en la última audiencia del juicio político en su contra, y el cual era presidido por el juez de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski.
De esta manera se da por concluido un desangramiento político que desde hace nueve meses mantenía en vilo a la mayor economía de América Latina, ya que esta ha sido la peor perdida de riqueza en 80 años y la que tiene a los principales partidos del país embarrados en casos de corrupción.
42 senadores votaron a favor de inhabilitar a Rousseff, mientras que 36 se votaron a favor de mantenerle los derechos y 3 de ellos se abstuvieron de votar, por lo que no se alcanzó la mayoría obligatoria de la Cámara Alta, es decir, 54 votos, para aprobar este tipo de moción.
Por lo que el Senado decidió no inhabilitar a la ex mandataria de ejercer cargos públicos por 8 años.
Dilma Rousseff, fue reelegida en el 2014 y es la primera presidenta mujer de Brasil. Sin embargo, esta fue acusada de violar leyes de responsabilidad fiscal en el manejo de presupuestos federales.
El proceso de destitución de Rousseff inició a principios del mes de diciembre del 2015, bajo el mandato del presidente del Parlamento, Eduardo Cunha.
Pero, en vista de la fuerte crisis económica y las protestas contra el Gobierno de Dilma, el político del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, autorizó una de las 28 demandas para tramitar el juicio político contra esta.
El 12 de marzo pasará a la historia y quedará en la mente de todos los ciudadanos brasileños, ya que ese día la Cámara Alta aceptó con 55 votos juzgar a Dilma Rousseff, y a partir de ese mismo día la misma quedaba suspendida de sus funciones como los dictamina la constitución de Brasil.
Por lo que el mandato de la presidencia fue tomado por Michel Temer, quien ahora llevará las riendas del país hasta las próximas elecciones que se realizarán en el 2018.
Iveth Villalobos / EV Houston / Foto: EFE