
Si Rousseff llegará a ser despojada de su poder, Temer seguiría en la presidencia hasta el 1 de enero del año 2019, que es cuando finaliza el actual mandato, pero si el Senado toma la decisión de absolver a la mandataria, está recuperara su poder una vez que la sentencia sea publicada.
La decisión definitiva se tiene prevista para el próximo martes y miércoles, pero después de unas maratónicas audiencias que empezarán este jueves con la comparecencia de dos testigos de la parte acusadora y otras seis que serán presentadas por la defensa, los cuales estarán recluidos e incomunicados desde hoy en un hotel de Brasilia.
Hasta el momento, todas las sesiones serán dirigidas por el presidente del Tribunal Supremos de Justicia, Ricardo Lewandowski, quien actuara como garante constitucional del proceso que ha sido calificado por Dilma y todos sus seguidores como un “golpe de Estado” por parte del Parlamento.
Sin embargo, la Jefa de Estado comparecerá personalmente el día lunes para presentar su respectiva defensa.
“Voy al Senado porque creo en la democracia. Debo eso al pueblo brasileño. No voy porque creo en la belleza de mis ojos. Tengo absoluta claridad de lo que están haciendo. Sé que es una injusticia y mi presencia es muy incómoda, extremadamente incómoda”, declaró Rousseff el martes durante un acto con cientos de sus partidarios.
Esta será su única y primera comparecencia ante el Senado desde el pasado 12 de mayo, cuando fue suspendida de sus funciones.
Dilma deberá responder a las preguntas que puedan formular los 81 senadores, quienes ya se han manifestado en favor de su destitución.
Para que Rousseff sea desalojada del poder será necesario que lo apruebe una mayoría calificada de 54 votos, que representan dos tercios de los escaños del Senado.
Iveth Villalobos / EV Houston / Foto: EFE