Según el director general de la policía de Filipinas, Ronald de la Rosa, aseguró durante una audiencia en el Senado que no existía una política declarada para matar a drogadictos y traficantes, por lo que se están investigando 1.100 muertes.
El funcionario afirmó “no somos carniceros”, por lo que agregó que otras 700 muertes se produjeron en operaciones policiales antinarcóticos.
La cifra de víctimas fatales entregada por de la Rosa al Senado sobrepasa los 1.800.
De la Rosa detalló que casi 700.000 consumidores y traficantes se han entregado para escapar de la represión, sin embargo, han aumentado los crímenes y homicidios.
La investigación del Congreso es dirigida por la senadora Leila de Lima, una crítica fiel del presidente, por lo que la misma cito a los principales funcionarios policiales y antinarcóticos para que le explicaran el incremento de las muertes y los reportes de ejecución perpetradas por vigilante.
El presidente Duterte, fue elegido por su promesa de acabar con las drogas y advertir a los narcotraficantes que se arriesgaban a morir si no cambiaban su modo de vida, pero a tan solo siete semanas de su mandato ya se contabilizan más de 1.900 muertes por una campaña que al paso de los días se ha tornado violenta.
El mandatario filipino ha advertido a los legisladores que no interfieran con la campaña y por que podrían perder la vida si obstaculizan las iniciativas que apuntan a mejorar a Filipinas.
Iveth Villalobos / EV Houston / Foto: EFE