La final no pudo contar con el saltador emergente, el italiano Gianmarco Tamberi, que se lesionó en Amsterdam al ganar el título europeo, pero presentaba a tres con marcas de 2,40 o por encima (Bondarenko, Drouin y Marshim), aunque sólo el último lo ha hecho este año, y a cuatro que ya habían pisado podios olímpicos.
Barshim, uno de los candidatos a batir el viejo récord mundial de Javier Soktomayor 2,45 partía como líder del ránking con los 2,40 metros que saltó en junio en Polonia, aunque en Mónaco, donde fue cuarto, dio signos de irregularidad.
Drouin quien consiguió un saltó de 2,38 limpiamente, aseguraba su oro desde un comienzo, pues Barshim y Bondareko derribaron en reiteradas ocasiones esa altura, y para poder superarlo tendrían que llegar a los 2,40 metros, pero ninguno lo pudo lograr.
Por lo que Mutaz Essa Barshim se llevó la plata a casa al lograr 2,36 y el bronce se fue Bogdan Bondareko al alcanzar los 2,33 metros.
El estadounidense Erik Kynard, subcampeón olímpico en Londres, saltó lo mismo que Bondarenko 2,33 pero los saltos nulos le castigaron y terminó en la sexta posición de la tabla.
Iveth Villalobos / EV Houston / EFE / Foto: EFE