
El estadio Olímpico de Río lució este sábado su mejor entrada para contemplar al gran ídolo del atletismo mundial, el jamaicano Usain Bolt, que recibió las aclamaciones del público en su paso fugaz (10.07 segundos) por la pista azul en las series de 100 metros.
Partió por el sexto carril en la séptima serie, la penúltima, se mesó la cara cuando su imagen apareció en pantalla entre el clamor popular, reclamó silencio a la grada, se santiguó dos veces en los tacos de salida, se trastabilló en los primeros pasos y sólo tardó unos metros en ponerse en cabeza para vencer en 10.07.
En la primera de sus presumibles siete intervenciones (tres en 100, otras tres en 200 y en la final de 4×100), Bolt ha sentado las bases del espectáculo que llegará a su culmen este domingo en la final del hectómetro.
El estadounidense Justin Gatlin, subcampeón en Londres 2012 y autor de los dos mejores cronos de este año (9.80 y 9.83), ganó la segunda carrera con un tiempo inexpresivo para su rango (10.01), y su joven compatriota Trayvon Bromell, segundo de la lista mundial con 9.84, fue segundo en la
quinta con 10.13.
Johan Blake, el jamaicano que heredó en Daegu 2011 el título mundial tras la descalificación de Bolt por salida falsa, dominó la sexta serie con 10.11, y fue entonces cuando irrumpió en la pista el rey del esprint, aclamado como en un circo.
El único susto fue para el francés Jimmy Vicaut, tercero del ránking con 9.86, que hizo una pésima salida en la cuarta serie y terminó cuarto con 10.19. Hubo de esperar a que terminara la ronda para saber si continuaba o se marchaba a casa. Se clasificó por una sola centésima para las semifinales.
Este domingo, a las 21.00, los grandes pesos del esprint corto regresarán a la pista para dirimir ocho plazas de finalista. Hora y media después estallará la gran batalla olímpica por la corona de 100 metros.
EFE / foto: EFE