“Después de sufrir golpes en Siria e Iraq y perder terreno y su gobierno allí, Daésh (acrónimo árabe del Estado Islámico) busca ahora conquistar territorios en partes de Afganistán, Pakistán y Asia Central para revivir su llamado califato”, dijo el ministro en una conferencia sobre seguridad en Teherán.
Alawí advirtió de que, aunque los yihadistas han sufrido importantes derrotas, “es necesario permanecer vigilantes para evitar su renacimiento”, según las declaraciones recogidas por la agencia Tasnim.
Un responsable del Gobierno afgano, Feiz Mohamad Ozmani, presente también en la conferencia, dijo a la misma agencia que unos 6.000 miembros del Estado Islámico podrían trasladarse a Afganistán tras huir de Siria.
En 2014, el líder del EI, Abu Bakr El Bagdadi, proclamó un califato en las zonas de Iraq y Siria bajo su control, de las que ha sido expulsado de forma gradual.
Las mayores victorias contra los yihadistas se lograron este año, cuando les fueron arrebatados sus principales feudos: la ciudad iraquí de Mosul y la siria de Al Raqa.
En noviembre pasado, las autoridades iraquíes dieron por derrotado al Estado Islámico, después de que el ejército sirio y milicias chiíes aliadas se hicieran con el control del último núcleo urbano que quedaba en manos de los extremistas en Siria.
Irán ha respaldado a los gobiernos de Bagdad y Damasco en su lucha contra el terrorismo con asesores militares y con milicianos chiíes sobre el terreno.
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