Sí, es muy común encontrarse constantemente con historias de personas que van abandonando el país en busca de un millón de oportunidades que por una u otra razón se les fue negada en su patria querida, escapar de una realidad, así podría describirse el comprar un boleto de avión con destino a otro país.
Cada vez son más personas emigran, Venezuela pierde en talento y personas que puedan ayudar a dar una reversa a esta situación, no sucede lo mismo cuando te ves obligado a salir del país por cuestiones políticas.
Con respecto a la emigración de los venezolanos, Estados Unidos es uno de los países que más recibe solicitudes de asilo, entre ellas, migrantes económicos y refugiados, por lo que vista ser un gran país para los emigrantes.
Jesús Arrieta, quien vivió en carne propia lo que significa ser hostigado y perseguido de forma política a raíz de los problemas suscitados en Venezuela, corría por aquel entonces el año 2014, el creyendo firmemente en sus intereses, aparentemente en Venezuela es penado ver las cosas desde otra perspectiva, no pensar igual que ciertos sectores en específico, error craso de sus gobernantes, la intolerancia se ha hecho parte del día a día.
Arrieta, expresa que desde pequeño le ha interesado la política, no fue hasta el año 2014, en plenas guarimbas, en las que salió a la calle a defender lo que él creía correcto, pero sus intereses se vieron claramente afectados por no ser afines a la realidad política y a fuertes intereses dentro de los altos mandos del Gobierno en su caso, como en muchos otros, cuerpos hostiles de alto mando en el estado Zulia, como habrá pasado con muchos más en otros estados.
Además, Arrieta cuenta el temor que sentía, pasando dos años de mucha zozobra, en las que no se podía sentir seguro, ni él ni sus familiares directos, la esposa de un joven que solo buscaba lo mejor para su país pronto entendió que la estabilidad se encontraba lejos de esas terribles vivencias y las constantes amenazas que se le habían hecho, pero a su vez, cayendo en la desgarradora realidad de que pronto, al tomar la decisión de partir, tendría que dejar atrás a sus seres queridos, en busca de un mejor futuro, que por desdicha y mala fortuna para todos los que sienten el tricolor por las venas, no pudo ser posible encontrar en las calles que desde joven Arrieta corrió, voló papagayo y pudo sentirse realmente feliz, orgullo de haber nacido en tan bendecida tierra.
Con las elecciones del 2015 y una nueva esperanza, Arrieta se dispuso a participar, pese al logro, también encontró con su participación una nueva amenaza, razón suficiente para decidir definitivamente emigrar, pero él, como la mayoría de los venezolanos, se encuentran en el infortunio de como poder estabilizarse en otro país, un destino incierto, pero al menos seguro, aseveró.
Luego de correr peligro en tres ocasiones y sobrevivir una para contarlo, Arrieta comprendió que su futuro y su seguridad estaban lejos de Venezuela, por lo que entendió que irse era la mejor solución para su crecimiento personal y profesional.
A diferencia de otros países latinoamericanos, el venezolano que emigra en una gran mayoría es de clase media, alta o al menos posee estudios universitarios, dejando trabajo y renunciando a la estabilidad de la zona de confort. Estas condiciones hace que se arriesgue mucho dejando atrás un estilo de vida muy distinto al que encontrará en el país destino.
Nuestros vecinos cercanos y camaradas de Sudamérica (colombianos, ecuatorianos, peruanos y bolivianos) quienes tienen muchos años más que nosotros emigrando, en su mayoría quienes salen son las clases bajas en busca de algo mejor, por lo que el cambio no es tan grande, con la diferencia de llegar a un país que por lo general les brinda una estabilidad y paz social que ya no tenían en casa. Está diferencia por sutil que parezca, hace que cueste algo más adaptarse a las nuevas reglas del juego.
Venezuela vive actualmente una realidad palpable, personas que son perseguidas por pensar distinto, muertes injustificadas, poca seguridad y una estabilidad económica inexistente son los baluartes con los que miles de venezolanos se arman de valor, aunque con lágrimas en los ojos, despedidas interminables e historias sin concluir, deben afrontar, para buscar una mayor estabilidad, al menos, ese es el deseo de muchos.
Las intenciones de los venezolanos fueron solo superadas por la de los ciudadanos de China, México, Guatemala y el Salvador. En el 2015 el organismo migratorio norteamericano recibió cinco mil 654 solicitudes de asilo político de connacionales, que llegan, en su gran mayoría, con visa de turistas, según expertos en la materia. Honduras, Ecuador, India, Haití y Siria siguen en la lista para completar el cuadro de 10 países.
De acuerdo con los cálculos de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio, desde 1999 hasta la actualidad se encuentran en el país del norte 90 mil venezolanos en calidad de ilegales.
EV HOUSTON / Foto: Referencial