
La descendencia del bulldog inglés se encuentra peligrando, pues actualmente es el perro que sufre de más problemas de salud, como displasia de cadera, cáncer, alergias, mientras que su expectativa de vida está alrededor de los ocho años.
Según un estudio publicado por la revista Canine Genetis and Epidemology revela que esta raza carece de diversidad genética necesaria para revertir los diversos problemas de salud, pues durante años se ha practicado una crianza selectiva de ejemplares.
Es decir, los bulldogs son genéticamente tan parecidos entre sí que una crianza selectiva para generar nuevas mutaciones y recuperar su salud no tendría sentido. De igual forma, los expertos indican que los criadores se verían obligados a cruzar este tipo de perros con otras razas para mejorar la genética de las futuras generaciones.
“Hemos encontrado que queda poco margen de maniobra para hacer cambios genéticos adicionales en la raza”, dice Niels Pedersen, autor del estudio.
La actual carencia de diversidad genética de los bulldogs se debe principalmente a dos factores: que la crianza selectiva inició de una base genética muy pequeña -de 68 ejemplares-, y años de manipulación para que logre su apariencia actual (nariz chata, un tamaño pequeño y una amplia musculatura).
Para tratar de mejorar a la raza, algunos criadores suizos han empezado a cruzarla con el Olde English Bulldogge, una raza que deriva del bulldog inglés y el americano.
Maholy Leal Medina/EV Houston / Foto: Referencial