
Con unas tasas de popularidad bajas, Clinton acudirá este lunes a la Convención Nacional Demócrata, la cual se celebrará en Filadelfia, Pensilvania, entre el 25 u 28 de julio con el objetivo de vender su candidatura.
Hace algunas décadas atrás, grandes donantes y miles de políticos se reunían para elegir al candidato que los representaría en las elecciones presidenciales, pero desde el año 1980 las convenciones se convirtieron en plataformas publicitarias que buscan convence al ciudadano para que salga a votar.
El momento más emocionante llega con el voto de los delegados de los 50 estados y territorios de Estados Unidos, los cuales ejercen su derecho de forma alfabética, primero Alabama y Wyoming por último.
Este año, Clinton es la favorita, en junio alcanzó la cifra mágica de 2.383 delegados necesarios para ganar matemáticamente la candidatura en la convención frente a su rival, el senador Bernie Sanders.
Sin embargo, aunque la candidatura ya está elegida, el voto tiene una gran importancia simbólica, ya que se pone a prueba la unidad del partido y se evaluará la fidelidad de Sanders, que aunque apoyó a Clinton, todavía encuentra una gran fuerza para continuar lo que llama su revolución política.
La reunión de la Convención Nacional Demócrata estará marcada por grandes apariciones sobre el escenario y discursos conmovedores destinados la historia política.
El discurso más esperado es el del candidato presidencial, en este caso, el de Clinton, quien realizará su alocución el jueves, último día de la convención y donde aceptará su coronación como candidata, dando a su vez, la visión que tiene de Estados Unidos como un país mucho más fuerte cuando esta unido.
Obama, uno de los demócratas al que tanto temen los republicanos, hará su aparición el miércoles junto a su vicepresidente, Joseph Biden.
Además, la convención será una ocasión para recaudar fondos y afinar la maquinaria del Partido Demócrata de cara a las próximas elecciones a desarrollarse en noviembre.
Iveth Villalobos / EV Houston / Foto: EFE