Los familiares de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, detenidos el pasado noviembre Haití por intentar ingresar drogas a Estados Unidos, dijeron que no sabían que se trataba de una detención, sino de un secuestro, así lo informó la periodista venezolana Jéssica Carrillo en su cuenta de twitter
Francisco Flores de Freitas, de 30 años, argumentó que “los secuestros son comunes en Venezuela (…) conozco más de 15 personas que han sido secuestradas para pedir rescate (…) había oído que oficiales de policía participan en los secuestros en Venezuela”.
En la declaración a la corte Flores de Freitas detalla que los oficiales trataron de esposarlo. Al resistirse, lo apuntaron con sus armas a la cabeza y agregó que al menos 20 hombres irrumpieron en la habitación.
Asimismo, narra que él y Campos Flores, de 29 años, fueron trasladado en vehículos separados a una casa en un vecindario residencia, tras cuatro horas fueron llevados a una estación policía.
“Les quitaron las esposas, tomaron registro de sus huellas dactilares y le tomaron una foto con un celular” escribió Carrillo en un tweet. La periodista habría tenido acceso a las declaraciones.
De igual forma, Flores de Freitas y Campo Flores denuncian que no le fueron leídos sus derechos y se les negó hacer una llamada telefónica.
Hay que recordar que Flores de Freitas, sobrino del presidente venezolano, y Campos Flores, ahijado de su esposa, Cilia Flores, fueron detenidos el 10 de noviembre pasado en Haití y trasladados a Nueva York por agentes de la Agencia Antidrogas (DEA).
Una vez allí un gran jurado imputó a Efraín Antonio Campo Flores y a Francisco Flores de Freitas el cargo de conspiración para introducir cocaína en EE.UU.
Campo Flores fue criado por la esposa del presidente venezolano, Cilia Flores, quien es también tía de Francisco Flores de Freitas. Ambos habían llegado a Haití en una avioneta con matrícula venezolana y contaban con pasaportes diplomáticos.
Esas primeras informaciones señalaron que los venezolanos contactaron con un informante confidencial de la DEA en Honduras en octubre y le pidieron ayuda para pasar 800 kilogramos de cocaína a través de la isla de Roatán (Honduras).
En reuniones posteriores en Venezuela, grabadas por los agentes de la DEA, los dos venezolanos llevaron un kilo de cocaína a dicho contacto para mostrar la calidad de la droga prometida, que iba a ser vendida en Nueva York, dijo el Wall Street Journal.
En el comunicado hecho público por la Fiscalía se señala que ambos conspiraron junto a otras personas para introducir en Estados Unidos al menos cinco kilos de droga.
Maholy Leal Medina/EV HOUSTON/EFE / foto: cortesía