
Tras el desastre de las inundaciones provocadas por la tormenta tropical Harvey, la fundación Galveston Bay Foundation, la coalición del río San Jacinto y la asociación Coastal Conservation Association – Texas hacen un llamado a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) para que inspeccione la tapa del sitio del Superfondo de las fosas residuales del río San Jacinto en Channelview, que realice inmediatamente cualquier reparación provisional necesaria, y que luego elimine permanentemente el riesgo tan pronto como sea posible.
Scott Jones, director de defensa de la fundación Galveston Bay Foundation, declaró: “Las últimas inundaciones reiteran nuestra postura de que los residuos de dioxina que están en el sitio, en gran parte ubicado literalmente en el río San Jacinto en tiempos de flujos normales, deben ser eliminados lo más rápido posible. Una marea de río en una región conocida por los azotes de huracanas y propensa a inundaciones, no es el lugar para tratar de contener residuos tóxicos”.
La comunidad, los rescatistas, los pescadores recreativos y comerciales y los que se dedican a la captura de cangrejos, turistas y ecoturistas, y los negocios asociados, no deberían tener la preocupación de que estos residuos tóxicos puedan llegar hasta las aguas del río y de la bahía de Galveston cada vez que haya inundaciones o cuando las mareas provocadas por un huracán amenacen nuestra vulnerable zona.
“Las fosas residuales presentan un riesgo inaceptable para la salud de nuestros rescatistas y de la región entera. En este momento no tenemos manera de saber qué productos químicos tóxicos están ocultos en nuestras aguas. Durante años, nuestras comunidades y el gobierno local le han expresado a la EPA que no se trata de pensar si alguna vez una tormenta pudiera devastar las fosas, sino más bien pensar cuándo sucederá. Todos debemos trabajar juntos para ver que se elimine este riesgo inaceptable de nuestras vías fluviales”, declaró Jackie Young, directora ejecutiva de la Texas Health and Environment Alliance.
Desde su instalación en 2011, la tapa blindada, que consiste de un forro y rocas, ha sufrido ya múltiples impactos debido a casos de inundación menos severos del río San Jacinto. No deberíamos depender de una versión “mejorada” de la tapa, del tipo concebido por las compañías responsables de los residuos, como una solución permanente para protegernos durante los 750 años que la dioxina tarda para degradarse hasta que tenga una concentración que sea segura tanto para los seres humanos como para la vida silvestre. Es inaceptable que la comunidad tenga que correr con este riesgo. Lamentablemente, durante ese periodo de tiempo veremos varias inundaciones del tipo de una en 100 o 500 años. Como hemos visto en los últimos años, en la costa de Golfo en Texas cada año podemos tener eventos de inundaciones del tipo de una en 100 años.
Shane Bonnot, director de defensa del CCA – Texas, declaró: “La dioxina que está en las fosas tiene el potencial de devastar las industrias de pesca recreativa y comercial de la bahía de Galveston, así como los negocios que dependen de ellas. Ese es un riesgo que ya no podemos correr.”
Por lo tanto, hacemos de nuevo un llamado a la EPA para que tome una decisión final ahora mismo y asegure de la mejor manera que se eliminen completamente los residuos antes de que azote la próxima tormenta. El sitio se descubrió en el año 2005 y se incluyó en la lista de Superfondos en el año 2008. Ya es tiempo de que se retire de una vez por todas esta amenaza real a nuestra salud y nuestra economía.
Por último, hacemos también un llamado a la EPA y a la comisión para la calidad ambiental de Texas para que examinen con una nueva perspectiva y revisen otros sitios de contención de residuos tóxicos en la zona de Houston-Galveston que son de su competencia, con el fin de determinar si presentan un riesgo inaceptable para la salud humana y ambiental. Lamentablemente, pueden existir muchos de esos sitios en nuestra región.
Scott Jones, director de defensa de la fundación Galveston Bay Foundation, declaró: “Las últimas inundaciones reiteran nuestra postura de que los residuos de dioxina que están en el sitio, en gran parte ubicado literalmente en el río San Jacinto en tiempos de flujos normales, deben ser eliminados lo más rápido posible. Una marea de río en una región conocida por los azotes de huracanas y propensa a inundaciones, no es el lugar para tratar de contener residuos tóxicos”.
La comunidad, los rescatistas, los pescadores recreativos y comerciales y los que se dedican a la captura de cangrejos, turistas y ecoturistas, y los negocios asociados, no deberían tener la preocupación de que estos residuos tóxicos puedan llegar hasta las aguas del río y de la bahía de Galveston cada vez que haya inundaciones o cuando las mareas provocadas por un huracán amenacen nuestra vulnerable zona.
“Las fosas residuales presentan un riesgo inaceptable para la salud de nuestros rescatistas y de la región entera. En este momento no tenemos manera de saber qué productos químicos tóxicos están ocultos en nuestras aguas. Durante años, nuestras comunidades y el gobierno local le han expresado a la EPA que no se trata de pensar si alguna vez una tormenta pudiera devastar las fosas, sino más bien pensar cuándo sucederá. Todos debemos trabajar juntos para ver que se elimine este riesgo inaceptable de nuestras vías fluviales”, declaró Jackie Young, directora ejecutiva de la Texas Health and Environment Alliance.
Desde su instalación en 2011, la tapa blindada, que consiste de un forro y rocas, ha sufrido ya múltiples impactos debido a casos de inundación menos severos del río San Jacinto. No deberíamos depender de una versión “mejorada” de la tapa, del tipo concebido por las compañías responsables de los residuos, como una solución permanente para protegernos durante los 750 años que la dioxina tarda para degradarse hasta que tenga una concentración que sea segura tanto para los seres humanos como para la vida silvestre. Es inaceptable que la comunidad tenga que correr con este riesgo. Lamentablemente, durante ese periodo de tiempo veremos varias inundaciones del tipo de una en 100 o 500 años. Como hemos visto en los últimos años, en la costa de Golfo en Texas cada año podemos tener eventos de inundaciones del tipo de una en 100 años.
Shane Bonnot, director de defensa del CCA – Texas, declaró: “La dioxina que está en las fosas tiene el potencial de devastar las industrias de pesca recreativa y comercial de la bahía de Galveston, así como los negocios que dependen de ellas. Ese es un riesgo que ya no podemos correr.”
Por lo tanto, hacemos de nuevo un llamado a la EPA para que tome una decisión final ahora mismo y asegure de la mejor manera que se eliminen completamente los residuos antes de que azote la próxima tormenta. El sitio se descubrió en el año 2005 y se incluyó en la lista de Superfondos en el año 2008. Ya es tiempo de que se retire de una vez por todas esta amenaza real a nuestra salud y nuestra economía.
Por último, hacemos también un llamado a la EPA y a la comisión para la calidad ambiental de Texas para que examinen con una nueva perspectiva y revisen otros sitios de contención de residuos tóxicos en la zona de Houston-Galveston que son de su competencia, con el fin de determinar si presentan un riesgo inaceptable para la salud humana y ambiental. Lamentablemente, pueden existir muchos de esos sitios en nuestra región.
Nota de prensa / Foto: EFE