
Georgia se convirtió en el primer estado de EE.UU. en ejecutar a un convicto por inyección letal desde una ejecución fallida en abril, en la que un prisionero en Oklahoma pasó una larga agonía antes de morir.
Este miércoles, Marcus Wellons, condenado por violar y asesinar a una mujer en 1989, fue ejecutado horas después de que la Corte Suprema de EE.UU. le negara una apelación de última hora.
Según un portavoz de prisiones de Georgia, fue declarado muerto a las 03:56 GMT, más de una hora después de que que comenzara la ejecución.
Poco después, a las 05:00 GMT, John Winfield fue ejecutado en Misuri, por asesinar a dos mujeres en 1996.
Otra ejecución ejecución, esta vez en Miami, está prevista para las 18:00, hora local.
Secreto “letal”
Nueve procedimientos de esta naturaleza fueron suspendidos desde el 29 de abril pasado, tras el incidente en Oklahoma. La aplicación de la pena de muerte a Clayton Lockett tuvo que ser suspendida cuando Lockett comenzó a hacer ruidos.
La decisión de la Corte desafía una nueva ley que permite a los estados no revelar la procedencia de las drogas letales que usan en las inyecciones. Al igual que Oklahoma, Georgia y Misuri se niegan a decir de dónde obtienen los medicamentos para las inyecciones letales, o si estos se ponen a prueba.
Los abogados de Wellons, así como de otros en el corredor de la muerte, han cuestionado este secretismo.
Kervin García / El Venezolano / Foto: Referencial