
Duterte señaló y acusó a los centros de educaciones de adoctrinar a los alumnos para convertirlos en rebeldes comunistas.
El derecho humanitario internacional “prohíbe los ataques a escuelas y otras estructuras civiles a menos que se estén utilizando con propósitos militares”, indicó Human Rights Watch, con sede en Estados Unidos, resaltando a su vez que los ataques deliberados contra civiles, entre ellos maestros y alumnos, son considerados también “un crimen de guerra”.
La congresista de izquierdas Emmi de Jesus, del Partido de Mujeres Gabriela, pidió a Duterte que retirar su amenaza y indicó que las tropas del gobierno podrían utilizarla como pretexto para atacar escuelas y comunidades de etnia lumad, las cuales se han visto amenazadas por milicias promilitares en los últimos años.
Duterte se ha mostrado indignado por los recientes ataques rebeldes comunistas contra fuerzas del gobierno, incluyendo un tiroteo en la carretera la semana pasada, y donde resultaron heridos cinco miembros de su guardia presidencial de élite.
Por medio de una rueda de prensa televisada, Duterte arremetió contra los insurgentes por destruir puentes y quemas escuelas en el campo, por lo que dijo que estaban dejando ilesas las escuelas lumad, a las que acusó de operar bajo control rebelde.
“Salgan de ahí, les dijo ahora a los lumad. Los bombardearé, incluidas sus estructuras”, dijo el presidente. Quien aseguró que utilizará a las “Fuerzas armadas, a la Fuerza Aérea Filipina. De verdad los bombardearé”.
Iveth Villalobos / Foto: EFE