“Solicitar un cambio de asiento en un avión -antes o después del despegue-, en base al género del pasajero constituye una violación de la Prohibición de Discriminación”, declara la sentencia emitida el 21 de junio por la jueza Dana Coheh-Lekach, informó un comunicado del Centro de Acción Religiosa de Israel (IRAC, en inglés), que representó a la demandante.
En diciembre de 2015, se pidió a Renee Rabinowitz, de 81 años, que se cambiara de asiento después de que así lo requiriera un “haredi”, judío ultraortodoxo, sentado junto a ella en un vuelo operado por El Al entre Newark (EE.UU.) e Israel.
“La profunda humillación que sintió Renee le llevó a dirigirse al IRAC para que la representara en su demanda contra El Al”, expone el comunicado, en el que la abogada asignada Riki Shapira, asegura que hay decenas de casos similares presentados contra la aerolínea nacional.
Ahora la compañía deberá dejar instrucciones por escrito sobre cómo abordar estos incidentes y se le pide una compensación de 6.500 shékeles (más de 1.600 euros) por daños.
La sentencia defiende los derechos de la gente para que no sea humillada y pone freno a la comunidad ultraortodoxa, que “de manera sistemática trata de limitar los derechos de las mujeres en la esfera pública. Es un gran paso hacia la igualdad”, argumentó a EFE este viernes el portavoz de IRAC, Steven Beck.
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