Después de haber sido secuestrado por el cártel de Los Caballeros Templarios, un mexicano pidió hoy a las autoridades federales que sean más compasivos con sus compatriotas amenazados de muerte que se entregan a la Patrulla Fronteriza estadounidense en busca de refugio.
Según explicó a Efe este mexicano, que se hizo llamar Luis Jerónimo por motivos de seguridad, integrantes del grupo de Los Caballeros Templarios le raptaron con el objetivo de enviar un “mensaje” a su hermano, el sacerdote Gregorio López, mejor conocido como el “Padre Goyo”.
El mexicano, de 39 años, aseguró que los secuestradores querían que el reverendo López acallara sus denuncias sobre el conflicto armando que vive el estado de Michoacán, estado dominado por este cartel.
Tras varios días en cautiverio, Jerónimo fue liberado y entonces decidió salir de México y se presentó ante las autoridades de inmigración en el puesto fronterizo de San Ysidro (California) para pedir asilo.
Sin embargo, el inmigrante fue enviado a un centro de detención, dónde permaneció casi un año sin que se le otorgara una fianza y expuesto a una deportación inmediata.
“Es inhumano lo que hicieron con este inmigrante. Es un claro ejemplo de lo que pasa cuando no se conoce bien la ley que otorga un asilo; él era un candidato perfecto para que lo dejaran en libertad en pocas semanas y con una fianza mínima”, aclaró Alex Gálvez, abogado de inmigración que logró la liberación de Jerónimo.
Gálvez destacó el desconocimiento por parte de las autoridades de inmigración sobre los conflictos que se viven en México, lo que dificulta la concesión del asilo.
En el año fiscal 2013 las cortes de inmigración recibieron 36.674 peticiones de asilo, de las cuales 8.569 eran de ciudadanos mexicanos, y tan sólo 155 de ellos obtuvieron este beneficio.
Jerónimo fue finalmente liberado este pasado lunes, aunque el juez le impuso una fianza de 25.000 dólares que el inmigrante tuvo que reunir con prestamos y donaciones.
“Mi único pecado es ser miembro de una familia católica y que mi hermano tiene la decisión de levantar la voz por las víctimas; yo no soy un delincuente, ni hice nada malo”, dijo Jerónimo.
El padre López sostiene, que como su hermano, alrededor de 14.000 michoacanos se vieron forzados a emigrar a Estados Unidos y que ni las autoridades de inmigración ni los consulados mexicanos escuchan sus casos.
“Es hora de que exijamos al Gobierno de México que le otorgue un abogado de oficio a estos inmigrantes. Ya que no los pueden proteger en su territorio, deberían prestarles ayuda, no para que los deporten sino para que los escuchen”, aseguró López.
De acuerdo a Gálvez, Jerónimo deberá demostrar que corre un riesgo de muerte si regresa a su país y que el Gobierno de México no puede brindarle la protección, en un proceso que podría llevar más de cinco años.
EFE / Foto: EFE